La superficie regada en España alcanzó los 3,85 millones de hectáreas (Mha) en 2023, la cifra más alta desde que existen registros, según el informe anual del Ministerio de Agricultura sobre los regadíos en España en 2024. Este crecimiento ha venido acompañado por una estabilización del volumen de agua utilizado, gracias a la creciente implantación de sistemas de riego más eficientes.
A pesar de las condiciones meteorológicas desfavorables, caracterizadas por temperaturas récord y precipitaciones un 17 % por debajo de la media, el consumo total de agua para riego se situó en 15.040 hm³, una cifra muy similar a la de 2022. Este equilibrio ha sido posible por el aumento del riego localizado, que ya cubre el 56 % de la superficie total regada, alcanzando los 2,16 Mha.
El informe muestra un retroceso del riego por gravedad tradicional, que en 2023 solo representaba el 12 % del total. El riego por aspersión también se ha mantenido estable, con una ligera disminución hasta el 25 % de la superficie regada. El crecimiento del riego localizado ha sido especialmente relevante en cultivos permanentes como el olivar, los frutales y los cítricos.
Por comunidades autónomas, Andalucía continúa siendo la región con mayor superficie de regadío, con 1,1 Mha, seguida por Castilla-La Mancha y Castilla y León. En términos relativos, las Islas Canarias destacan con un 64 % de su superficie agrícola regada, seguidas por Murcia (60 %) y la Comunidad Valenciana (55 %).
En cuanto a los cultivos, los cereales siguen siendo los que ocupan más superficie de regadío (909.000 ha), aunque con una ligera reducción. El cultivo de maíz, que representa la mayor parte de esta superficie, ha descendido ligeramente debido a los costes de producción y a la escasez de agua en algunas zonas. Por el contrario, el viñedo en regadío ha aumentado un 5 %, superando las 100.000 ha.
El informe también recoge que el 77 % del agua utilizada procede de aguas superficiales, mientras que el 21 % proviene de aguas subterráneas y el 2 % restante de otras fuentes, como aguas reutilizadas o desaladas. La modernización del regadío ha contribuido a una mejora en la eficiencia del uso del agua, permitiendo mantener la productividad agrícola incluso en escenarios de escasez hídrica.
Este documento, que se publica anualmente desde 2004, sirve como herramienta clave para evaluar la evolución del regadío en España, tanto desde el punto de vista productivo como ambiental. Los datos recabados se basan en el análisis de superficies regadas, tipos de riego, fuentes de agua y consumo hídrico.
Política de comentarios:
Tenemos tolerancia cero con el spam y con los comportamientos inapropiados. Agrodigital se reserva el derecho de eliminar sin previo aviso aquellos comentarios que no cumplan las normas que rigen esta sección.