El director ejecutivo de Bayer, Bill Anderson, dijo hace unos días en una entrevista que le realizaron en el periódico alemán Handelsblatt, que la empresa está analizando cuál va a ser el futuro del glifosato. Anderson recordó que este herbicida es un producto esencial para la agricultura de EEUU y que sin él, se van a ver afectados los rendimientos de las cosechas y los precios de los alimentos. Sin embargo, las numerosas demandas en EEUU a las que tiene que hacer frente la empresa y que están ejerciendo presión sobre sus resultados financieros, especialmente los de su unidad de negocio Crop Science, están impulsando una toma de decisiones.
Anderson, ingeniero químico texano, se incorporó como CEO de Bayer en 2023 y una de sus compromisos era tener el litigio del glifosato “bajo control” para 2026. Bayer adquirió Monsanto, que fue el desarrollador del glifosato, en 2018 por 63.000 millones de dólares.
La Agencia de Protección Ambiental de EEUU (EPA) dictaminó que el glifosato no era cancerígeno y prohibió las etiquetas de advertencia. Asimismo, la Autoridad Europea de Seguridad de los Alimentos (EFSA) no ha identificado áreas de preocupación críticas en la evaluación del impacto del glifosato en la salud de las personas, los animales y el medio ambiente realizada en 2023. En la UE, el uso del glifosato esta autorizado hasta 2033, bajo determinadas condiciones de uso.
En México, el 1 de abril del 2024 entraba en vigor la prohibición total del glifosato, pero unos días antes de dicha fecha, el gobierno mexicano anunció que la implementación de la prohibición se posponía hasta nuevo aviso, debido a que actualmente no existen alternativas eficaces.
La UE ha renovado la autorización el 16 de diciembre de 2023. Lo mencionado de México es de 2024.