Un estudio reciente ha descubierto cambios genéticos en langostas que podrían explicar su transformación desde un estado inofensivo hacia el estado de plaga, generando graves perjuicios para la agricultura, la ganadería y los ecosistemas. Según esta investigación, estas variaciones no están causadas por mutaciones permanentes, sino por modificaciones en la expresión de ciertos genes en respuesta a cambios ambientales.
El análisis comparó dos estados claramente diferenciados de estos insectos: el solitario, donde las langostas no causan daños significativos, y el gregario o estado de plaga, caracterizado por la migración masiva y la devastación de cultivos. Los resultados señalan que estas diferencias se deben fundamentalmente a la variación en la expresión génica, lo que influye directamente sobre su comportamiento (actividad, voracidad, migración), su morfología (tamaño y color), la reproducción (desarrollo y capacidad reproductiva) y la fisiología (respuesta inmune, estrés y metabolismo).
En concreto, el estudio detectó cerca de un centenar de genes cuya expresión cambia de manera similar en las dos especies de langostas más importantes desde el punto de vista agrícola: la langosta migratoria (Locusta migratoria) y la langosta del desierto (Schistocerca gregaria). Esto sugiere que algunos de estos genes podrían servir para combatir plagas de forma generalizada.
Sin embargo, la investigación advierte que la mayoría de los cambios observados son específicos de cada especie, lo que indica que las plagas no pueden abordarse con soluciones universales. Esto implica que cada especie requiere un estudio específico para identificar estrategias efectivas de control.
Asimismo, durante el estudio se identificaron unas 40 secuencias de ARN procedentes de genes hasta ahora desconocidos por la ciencia, lo que abre la posibilidad a futuras investigaciones y nuevos métodos para el control de estas plagas.
Históricamente, las plagas de langostas han causado hambrunas e incluso migraciones humanas, lo que subraya la importancia de estos hallazgos. Los investigadores destacan especialmente la relevancia de identificar los genes involucrados en el cambio del comportamiento, dado que este aspecto es clave en la transición hacia el estado de plaga.
Actualmente, el equipo científico trabaja en preparar condiciones de laboratorio para realizar análisis funcionales de algunos de estos genes, lo que podría proporcionar nuevas herramientas específicas para prevenir futuras plagas.
La investigación ha sido liderada por el Departamento de Genética de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Granada (UGR). El trabajo ha sido publicado en la revista especializada International Journal of Climatology.
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