Se ha celebrado en Valencia la jornada Nuevos Productos Gastronómicos con Harina de Algarroba, un evento organizado por la Conselleria de Agricultura de la Generalitat Valenciana, en colaboración con el Gremio de Panaderos y Pasteleros de València, la Fundación Premios Rei Jaume I, el Instituto de Agroquímica y Tecnología de Alimentos (IATA) y la Federación Empresarial Hostelera de València.
Durante la jornada, el conseller Miguel Barrachina ha destacado el potencial de la harina de algarroba, resaltando su alto valor nutricional y su papel en la sostenibilidad agrícola y la economía social del Mediterráneo. Además, ha subrayado la importancia de iniciativas como esta para impulsar la presencia de productos autóctonos en el sector gastronómico y agroalimentario, fortaleciendo así la identidad y el desarrollo de la Comunitat Valenciana.
España, líder mundial en la producción de algarroba
España es actualmente el primer productor mundial de algarrobas, con una producción anual de entre 60.000 y 70.000 toneladas. Dentro de este mercado, la Comunitat Valenciana lidera la producción a nivel nacional, con 33.000 toneladas al año y cerca de 55.000 árboles cultivados.
El conseller ha subrayado la importancia de potenciar el uso de este producto en la gastronomía y en la industria agroalimentaria, reforzando su valor como ingrediente natural y sostenible. En este sentido, ha agradecido el impulso de la Fundación Premios Rei Jaume I, señalando que este tipo de iniciativas ayudan a poner en valor los productos locales y fortalecer el sector gastronómico valenciano.
Un cultivo clave para la sostenibilidad y la reforestación
Además de su valor nutricional, el algarrobo es un cultivo altamente resiliente y sostenible. Barrachina ha destacado que se trata de una especie resistente al fuego, lo que le otorga un papel crucial en la preservación del medio ambiente y la prevención de incendios forestales.
Asimismo, el algarrobo ha demostrado ser un aliado en la lucha contra la Xylella fastidiosa, ya que es resistente a todas sus subespecies. Esto lo convierte en una opción viable para restaurar zonas afectadas por esta bacteria, contribuyendo a la biodiversidad y fortaleciendo la resiliencia de los cultivos ante futuras amenazas.
Un árbol adaptado al cambio climático
La jornada también ha resaltado el papel del algarrobo en la mitigación del cambio climático, gracias a su alta capacidad para captar CO₂ y regenerar suelos degradados. Su resistencia a la sequía lo convierte en una alternativa idónea para la reforestación en zonas áridas y semiáridas, donde otras especies tendrían dificultades para sobrevivir.
Con estas características, el algarrobo se posiciona no solo como un recurso gastronómico y agrícola de interés, sino también como una herramienta clave para la sostenibilidad y la adaptación al cambio climático en la Comunitat Valenciana y en el Mediterráneo.
Afortunadamente ya se reconoce el valor del algarrobo por sus grandes opciones y no solo por la semilla, aunque muy importante.