La lengua azul o fiebre catarral ovina es una enfermedad vírica no contagiosa que afecta a los rumiantes domésticos y salvajes, con especial incidencia en ovinos y bovinos. Aunque no representa un riesgo para los humanos, su impacto en la ganadería es significativo, generando pérdidas económicas debido a la mortalidad, restricciones comerciales y disminución de la producción. La transmisión del virus se produce a través de la picadura de mosquitos del género Culicoides, lo que condiciona su propagación según las condiciones climáticas y la presencia del vector.
Síntomas y efectos en los animales con lengua azul
La sintomatología varía entre especies, siendo el ovino el más afectado:
- Ovinos: La enfermedad puede manifestarse con fiebres elevadas (hasta 42 ºC), inflamación de la lengua (que adquiere una tonalidad azulada en algunos casos), úlceras en la boca, necrosis en las mucosas, dificultades para alimentarse, cojera severa y abortos. En casos graves, puede derivar en la muerte del animal.
- Bovinos: Aunque en la mayoría de los casos son asintomáticos, algunos individuos pueden presentar salivación excesiva, problemas para tragar, fiebre, conjuntivitis y cojera.
- Caprinos y otros rumiantes: Suelen mostrar síntomas más leves, aunque pueden actuar como reservorios del virus, contribuyendo a su propagación.
Ciclo biológico y propagación
El virus de la lengua azul se transmite exclusivamente a través de la picadura de mosquitos Culicoides, lo que significa que no se propaga por contacto directo entre animales. El insecto se infecta al alimentarse de la sangre de un animal virémico y, tras un período de incubación, puede transmitir la enfermedad a otros rumiantes.
La actividad del mosquito vector está influenciada por la temperatura y la humedad, lo que explica por qué la enfermedad es más frecuente en climas cálidos y en épocas de alta densidad de mosquitos. En invierno, cuando las temperaturas descienden, el vector deja de estar activo y se puede declarar una zona como «estacionalmente libre» de la enfermedad, permitiendo el movimiento de animales sin restricciones.
Distribución geográfica y expansión
Históricamente, la lengua azul se limitaba a regiones entre los 35°S y 40°-50°N. Sin embargo, en las últimas décadas, el virus se ha extendido a latitudes más altas debido al cambio climático y al comercio internacional de animales vivos. Europa ha experimentado brotes recurrentes desde los años 2000. En 2023, apareció por primera vez el serotipo 3 de la lengua azul en la UE y se detectó en Países Bajos. De ahí se ha extendido a muchos otros países de la UE, incluido España, pero es en Holanda donde se ha registrado el mayor número de casos.
En España, hay zonas suspendidas por los serotipos 1,3, 4 y 8. La zona libre comprende la gran mayoría de Castilla y León, parte de Guadalajara, parte de Zaragoza, Teruel, Castellón, Valencia y las islas Canarias (datos MAPA del 5 de diciembre de 2024).
¿Cómo prevenir y controlar la legua azul?
Para mitigar el impacto de la lengua azul en la ganadería, se han establecido diversas estrategias de control:
1. Vacunación
Es la herramienta más eficaz para prevenir la enfermedad y reducir su impacto.
2. Control del vector
El uso de insecticidas y repelentes, así como la gestión adecuada de los entornos donde se reproducen los mosquitos (Culicoides), ayuda a reducir la población del vector. También se recomienda mantener a los animales en interiores durante las horas de mayor actividad de los mosquitos, al amanecer y al atardecer.
3. Restricción de movimientos
Las zonas afectadas por brotes pueden ser sometidas a restricciones en el movimiento de animales vivos, con el objetivo de evitar la propagación del virus a regiones libres de la enfermedad. Durante los meses de invierno, cuando el mosquito no está activo, algunas zonas pueden ser declaradas «estacionalmente libres del vector», permitiendo el comercio sin restricciones.
4. Vigilancia epidemiológica
Las autoridades veterinarias realizan un seguimiento de la enfermedad mediante la toma de muestras en animales, con el fin de detectar precozmente la presencia del virus y actuar en consecuencia.
Impacto económico
La lengua azul tiene un impacto directo en la rentabilidad de las explotaciones ganaderas. Las pérdidas económicas derivan de la mortalidad de los animales, la reducción de la producción de leche y carne, los costes de vacunación y tratamiento, así como de las restricciones al comercio de ganado.
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