Se ha iniciado un estudio para evaluar la posible contaminación de las aguas subterráneas en la zona afectada por la DANA en Valencia.
Las inundaciones del pasado octubre causaron daños en edificios e infraestructuras industriales que albergaban sustancias contaminantes, como hidrocarburos, aceites, productos fitosanitarios y disruptores endocrinos derivados de medicamentos. Estas sustancias podrían haber sido arrastradas por el agua e infiltradas en los acuíferos, afectando su calidad y su hidrodinámica.
El equipo del CSIC ha recogido más de una veintena de muestras de agua en pozos, fuentes y canales, tanto en la zona más afectada por la DANA como en el entorno del Parque Natural de la Albufera. Los análisis buscan detectar la presencia de plaguicidas, PFAS, retardantes de llama, fármacos, metales y compuestos volátiles, estableciendo una línea base para monitorizar la evolución de estos contaminantes en el tiempo.
Además, el estudio evaluará el impacto del almacenamiento y procesamiento de lodos y residuos en la calidad del agua subterránea. Esta fase del proyecto permitirá diseñar protocolos de actuación para minimizar los efectos sobre los recursos hídricos en futuros episodios de riadas e inundaciones.
El estudio se ha llevado a cabo por un equipo del Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua (IDAEA-CSIC), el Instituto Geológico y Minero de España (IGME-CSIC), la Estación Experimental del Zaidín (EEZ-CSIC) y el Centro de Investigaciones sobre Desertificación (CIDE, CSIC-UV-GVA)
Respuesta del CSIC a la emergencia de la DANA
El CSIC, dependiente del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, activó el 30 de octubre el Grupo de Asesoramiento en Desastres y Emergencias (GADE) para coordinar la respuesta científica a los efectos de la DANA en la provincia de Valencia. Desde entonces, más de 150 investigadores de 30 centros han trabajado en 15 grupos especializados en temas como inundaciones, calidad del agua, riesgos sanitarios y gestión de residuos.
Entre las iniciativas desplegadas, el buque Ramón Margalef del Instituto Español de Oceanografía (IEO-CSIC) realizó un estudio de los fondos marinos en las desembocaduras de los ríos Turia y Júcar. Posteriormente, en enero, el buque Francisco de Paula Navarro inició la campaña oceanográfica CON-DANA24 para evaluar el impacto en los sedimentos marinos.
Asimismo, drones y sensores de la Unidad Operacional de Campo (OPECAM) del Instituto de Ciencias Marinas de Andalucía (ICMAN-CSIC) capturaron imágenes de alta precisión de la zona afectada, lo que permitió desarrollar un visualizador interactivo de acceso público.
El CSIC también ha prestado apoyo a la Unidad Militar de Emergencias (UME) en la evaluación de daños en infraestructuras y ha realizado pruebas con materiales espesantes para facilitar la retirada de lodo en zonas inundadas. Además, se han realizado estudios para determinar las mejores ubicaciones para el acopio de lodos y se han analizado muestras de polvo seco para evaluar posibles riesgos ambientales.
Desde el 9 de noviembre, el CSIC participa en el Centro de Coordinación Operativa Integrado (CECOPI), colaborando con las autoridades en la gestión de la emergencia y el asesoramiento técnico en diferentes áreas de actuación.
El estudio se ha llevado a cabo por un equipo del Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua (IDAEA-CSIC), el Instituto Geológico y Minero de España (IGME-CSIC), la Estación Experimental del Zaidín (EEZ-CSIC) y el Centro de Investigaciones sobre Desertificación (CIDE, CSIC-UV-GVA)
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