El año 2024 se ha convertido en el más cálido registrado hasta la fecha y el primero en superar el umbral de los 1,5°C de aumento de temperatura media anual en comparación con los niveles preindustriales. Este récord no solo marca un hito preocupante en la evolución climática, sino que también resalta el impacto global de las actividades humanas sobre el clima, según el informe Copernicus Global Climate Highlights Report 2024.

El continente europeo, en particular, ha sufrido un calentamiento más rápido que el promedio global desde la década de 1980, convirtiéndose en la región más afectada del planeta. Según el informe, las tierras del Ártico europeo continúan siendo la zona que experimenta el calentamiento más acelerado, mientras que los cambios en la circulación atmosférica están provocando un aumento en la frecuencia e intensidad de las olas de calor durante los meses de verano. Asimismo, se destaca el impacto sobre los glaciares y las alteraciones en los patrones de precipitación, factores que afectan directamente a sectores como la agricultura y la gestión del agua.
El informe también advierte sobre el aumento en la frecuencia y severidad de los eventos climáticos extremos, un fenómeno que impacta severamente en las actividades agrícolas y ganaderas. Por otro lado, las temperaturas de la superficie marina se mantuvieron excepcionalmente altas, con el período entre julio y diciembre de 2024 siendo el segundo más cálido registrado para esa época del año, después de 2023. Estos cambios en la temperatura del agua afectan la evaporación, los patrones de lluvia y la biodiversidad marina, aspectos que repercuten indirectamente en la actividad agropecuaria.
Compromiso de la UE con la neutralidad climática
La Unión Europea ha reafirmado su compromiso con la neutralidad climática para 2050, adoptando objetivos ambiciosos para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en al menos un 55% para 2030 y estableciendo una meta recomendada del 90% para 2040. Además, en abril de 2024, la Comisión Europea publicó una comunicación sobre cómo preparar de manera efectiva a los Estados miembros frente a los riesgos climáticos y fomentar una mayor resiliencia ante los cambios en el clima.
Copernicus, el programa de observación terrestre de la Unión Europea, desempeña un papel crucial en la recopilación de datos climáticos. Este sistema, financiado por la UE, proporciona datos sobre numerosas áreas de aplicación, gracias a una gran variedad de tecnologías, que van desde los satélites en el espacio a los sistemas de medición en tierra, mar y aire. Sus análisis y reportes son útiles para que sectores como la agricultura puedan adaptarse a las nuevas condiciones climáticas, garantizar la sostenibilidad de los cultivos y mitigar los impactos del cambio climático en el medio rural.
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