Dos factores fundamentales han permitido que la doble cosecha haya experimentado un sorprendente aumento en la última década en el Valle del Ebro. Por una parte, el desarrollo de variedades de cebada de primavera precoces y muy productivas y por otro, la obtención de variedades de maíz de ciclo corto con un correcto comportamiento en siembras tardías, a finales del mes de junio.
Semillas LG ha publicado un artículo muy interesante donde detalla las claves fundamentales para la doble cosecha. El principal factor limitante para alcanzar el éxito del doble cultivo cebada/maíz es la correcta finalización del ciclo del cultivo del maíz antes de la primera helada de otoño. Conocer bien el ciclo del maíz siempre es importante, pero mucho más cuando hablamos de segunda cosecha. El intervalo desde la siembra de maíz hasta la primera helada, determina la ventana de desarrollo que tiene el cultivo y marcará a diferencia entre el éxito y el fracaso de la doble cosecha.
Otra cuestión muy interesante que recoge el artículo, es que recuerda que la doble cosecha cebada/maíz no representa un consumo adicional de agua frente a un único cultivo de maíz de ciclo largo. No obstante, tiene una ventaja, el caudal máximo semanal es más reducido, ya que los máximos de demanda no coinciden con los máximos de temperatura, lo que hace que la necesidad máxima puntual sea menor y la gestión del riego sea más manejable.
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