UPA-UCE Extremadura ha advertido que la actual campaña de tomate, que se inició el pasado viernes con una semana de antelación respecto al pasado año, lo hace con una previsión de producción a la baja por los efectos de la climatología. Esto se debe a las altas temperaturas y a las últimas lluvias de mayo y junio, que han provocado una merma cercana al 10% de la producción sobre las 92 toneladas/hectárea contratadas.
La organización agraria ha recordado que este es un cultivo fundamental para el regadío de nuestra región, al suponer el 90% de la producción de tomate de industria de España y ocupar a 16 industrias transformadoras en Extremadura. Las primeras fábricas han comenzado este viernes a recibir producción, algo que se generalizará a lo largo de los próximos días ya que la subida de las temperaturas ha avanzado la maduración del tomate.
En lo que respecta a la producción, cabe destacar que aún pueden producirse variaciones en la campaña que queda por delante al ser este cultivo muy sensible a la meteorología. No obstante, hay que reseñar que la superficie sembrada este año es mayor que la de 2022. En concreto, se han alcanzado las 22.000 hectáreas plantadas frente a las 19.500 del pasado año marcado por la sequía. Con todo, esta vez tampoco se ha llegado a la media habitual que supera las 23.000 hectáreas.
Además, este año la sequía ha afectado de manera desigual a la plantación de tomate en la región, ya que hay zonas que no han podido sembrar todo lo previsto por las restricciones en el riego, como es el Canal de Orellana. Por tanto, no se ha podido recuperar la superficie normal prevista en un cultivo tan importante para nuestro regadío.
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