La pasada semana, la consejera navarra Itziar Gómez, daba cuenta en una comparecencia parlamentaria de los accidentes ocasionados por especies cinegéticas durante estos últimos cuatro años, con una media de dos accidentes por día, la mitad ocasionados por jabalíes.
Para el sindicato EHNE, no es el único efecto pernicioso que provoca la superpoblación de determinadas especies. Los agricultores y ganaderos conocen bien cómo se las gastan en sus cultivos y praderas. Basten dos ejemplos. En determinadas zonas de la Ribera llevan años peleando contra la plaga de conejos y las consecuencias que ello tiene sobre diversos productos hortofrutícolas. En Orabidea (les consta que también en otros muchos sitios), los destrozos sobre prados y pastizales producidos por la fauna, y especialmente los jabalíes, llevan provocando desde hace demasiado tiempo enormes perjuicios y mayores quebraderos de cabeza.
Hace un par de años, desde EHNE iniciaron una campaña poniendo el tema en conocimiento de todos los actores implicados (Sociedad de Cazadores, Ayuntamiento de Baztan, Federación de Caza y Dirección de Medio Ambiente). Hoy es el día en que nada ha cambiado. Incluso, según comenta la consejera, la población de jabalíes ha aumentado exponencialmente. Sin duda, estamos ante una plaga y, como tal, hay que actuar.
La convivencia entre especies silvestres y humanos está llegando a un punto de inflexión. En el caso de los jabalíes, además, supone un doble peligro, dado que se trata de una especie portadora y transmisora de enfermedades, como es el caso de la peste porcina africana, la enfermedad de Aujeszky o la tuberculosis. A los ganaderos no les queda otro remedio que protegerse de ello, invirtiendo en medidas de protección que suponen una importante inversión económica, como protecciones con doble malla en el caso de explotaciones de porcino en extensivo, recuerdan desde EHNE.
Se habla de problemas de despoblamiento y de que los jabalíes no tienen un depredador natural. ¿Acaso ya se está pensando desde el Departamento de Desarrollo Rural y Medio Ambiente en medidas tan contraproducentes como la introducción del lobo?, se preguntan.
Desde el Sindicato EHNE exigen que, desde el Departamento, se paguen a los agricultores y ganaderos todos los daños producidos por la fauna en los pastos, pastizales, sembrados y cultivos hortofrutícolas. Y no nos vale con decir que aseguremos nuestras parcelas, porque las compañías dejan de realizar dichos contratos el tercer año, al considerar que son daños recurrentes.
Según el informe presentado por la consejera, se han colocado y recolocado 700 señales de tráfico e incluso se está pensando en realizar pasos de fauna, una medida que en su momento se desechó por considerarla excesivamente costosa, cuando se planteó hacerlo en la N-121-A. Desde EHNE-Nafarroa consideran que, si hay dinero para invertir en las carreteras, también lo tiene que haber para sus campos.
Cuando una especie crece exponencialmente, no hay equilibrio ni convivencia posible.
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