Los países de la NEPG (Alemania, Francia, Holanda y Bélgica) han sembrado más superficie de patata en 2022. Unas 14.421 ha más (+2,9%) hasta las 512.400 ha. Sin embargo, los menores rendimientos por ha (-6,3 %) llevaron a una producción global de 21,69 Mt (- 5,3 %; es decir, una reducción de 1,2 Mt).
La demanda de patatas es buena, con las industrias del noroeste de Europa deseosas de comprar patata para lo que queda de campaña y para la 2023/24, lo que ha llevado a unos precios de contrato históricamente altos, que han aumentado entre un 30- 45 %. Estos mayores precios deberían cubrir unos costes de producción mucho más altos, así como la inflación a la que se enfrentan los productores, siendo un atractivo para que el agricultor siembre patatas. Los procesadores necesitarán, al menos, 500.000 t más en 2023-2024.
Los rendimientos por hectárea en los países NEPG han disminuido durante los últimos 10 años. El principal factor que conduce a la reducción de los rendimientos es el cambio climático, si bien, también hay una combinación de problemas relacionados con el suelo como compactación, menor contenido de materia orgánica, nematodos, rotaciones demasiado cortas….
La genética (la mayoría de los mejoradores son muy activos en la producción de nuevas variedades que sean tolerantes/resistentes al tizón, más tolerantes al estrés abiótico, que necesitan menos nitrógeno, que sean resistentes a los nematodos, el virus Y…) así como técnicas de cultivo nuevas y/o adaptadas son la clave para mejorar los rendimientos. El uso de Nuevas Técnicas de Mejoramiento también podría ayudar.
Una de las dificultades con las que se encuentran los patateros a la hora de mejorar sus técnicas de cultivo es que un tercio de la superficie se cultiva en terrenos con arrendamientos anuales según la estimación de la NEPG, lo que no siempre ayuda a que los agricultores pueden adaptar sus técnicas de cultivo, ya que una parte del valor adicional que se genera va directamente a los bolsillos de los arrendadores de terrenos que no asumen ningún riesgo.
Los riesgos actuales son mayores que hace 10-20 años. A las producciones fluctuantes y los precios del mercado libre hay que añadir nuevos riesgos como la guerra en Ucrania, el Covid, la sequía, las olas de calor y regulaciones de la UE, cada vez más estrictas, sobre el uso de fertilizantes y pesticidas.
Producción de semillas
Los costes de producción de semillas han aumentado y no hay indicios de que los compradores aumenten el precio que pagan por ellas, lo que podría conducir a una menor producción de semillas durante la campaña 2023. El sector de las semillas podría perder, al menos, 5.000 ha, lo que provocaría escasez y precios más altos para los patateros en la primavera de 2024.
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