La situación del sector de la almendra es muy crítica, como consecuencia de las múltiples dificultades que están confluyendo en esta campaña. A pesar de que la cosecha de almendras es inferior a la del año pasado, con unas pérdidas que se estiman entre el 30 y el 50% por las heladas de primavera, los efectos de la sequía y las altas temperaturas, los precios están incomprensiblemente por debajo de los del ejercicio anterior. A esto hay que añadir que la situación se ha agravado con el incremento de costes de producción que ha sufrido el sector derivado del conflicto bélico de Ucrania.
Así lo ha puesto de manifiesto la Mesa Regional de Frutos Secos de Andalucía, integrada por las organizaciones agrarias ASAJA, COAG y UPA, AEOFRUSE y Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía y se lo ha transmitido a la Consejería andaluza de Agricultura.
La razón principal de la crítica situación es la ausencia de operaciones de comercialización, tanto para la almendra convencional como ecológica, y pese a que tradicionalmente estas fechas previas a las fiestas navideñas son las que registran más actividad comercial, ya que la almendra es un producto básico para la elaboración de turrones, polvorones, mazapanes y dulces navideños.
Asimismo, mientras existen enormes dificultades para comercializar la producción nacional, estimada en 62.000 toneladas de almendra en grano, según el aforo realizado por la Mesa Nacional de Frutos Secos, es constante el incremento de las importaciones de almendra americana, que se vende sin la obligación de identificar su procedencia en el etiquetado.
En este sentido, hay que señalar que la Unión Europea es el primer destino de la almendra de California (con el 40% del total) y, dentro de Europa, el principal mercado es el español. Según un informe del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA), para 2020-2021 estimaban unas exportaciones de 287.000 toneladas.
Para la Mesa Regional de Frutos Secos es importante destacar que esta almendra procedente de Estados Unidos es de calidad organoléptica inferior a la española y, a pesar de ello, está copando el mercado nacional y el europeo, sin que el consumidor tenga herramientas para poder distinguirla y elegir libremente.
Así, se da la paradoja de que un cultivo social y tradicional como el almendro de secano se encuentra en riesgo de abandono, lo que tendría consecuencias nefastas socioeconómicas y medioambientales, mientras se está importando almendra de forma masiva de calidad inferior procedente de EEEUU, sin que el consumidor pueda diferenciar el origen.
Principales demandas
Ante esta situación, la Mesa Regional de Frutos Secos de Andalucía lleva años solicitando a las administraciones
- Un etiquetado obligatorio y riguroso en el que se especifique claramente el origen de la almendra, incluso en los productos elaborados donde este fruto seco es el principal ingrediente, como es el caso de los turrones, polvorones, etc. Igualmente, se ha solicitado que se exija a las Denominaciones de Origen y a las I.G.P. que en sus normas de funcionamiento incluyan la obligatoriedad de realizar sus dulces con almendra nacional.
- Revisión de la pluviometría media histórica de los últimos 10 años de las comarcas de Los Vélez (Almería) y Huéscar (Granada) con el fin de que puedan acogerse a las ayudas asociadas, ya que no entendemos cómo esas comarcas con pluviometría similar o incluso inferior a las colindantes, han podido considerarse que tengan precipitaciones medias superiores a los 300 l/m2.
- Ayudas extraordinarias para paliar los efectos de la sequía, la reducción de la cosecha y los problemas de comercialización derivados de los efectos de la guerra en Ucrania.
Aquí hace falta un milagro,que se multipliquen los fruto y se dividan la s costos
El sector de la almendra no ha cambiado mucho en todos estos años y seguimos teniendo los mismos problemas que los peores tiempos de antaño: no se aprovecharon suficientemente las ayudas a los Planes de Mejora y otras que se dieron por la UE en la década de los 90 para hacer una política de mejora y mantenimiento del cultivo y promoción de la almendra española (principal productor de la UE) resaltando sus cualidades fitosanitarias -especialmente por su característica de cáscara dura, manejo de cultivo con bajos insumos, zonas de secano mayoritariamente, etc- y también organolépticas, que solo se ponían en la mesa para conseguir el mantenimiento de las ayudas lo cual si era un objetivo necesario fundamentalmente para el cultivo de secano no era suficiente como estamos viendo hoy. De hecho el mayor incremento de superficie de cultivo y en regadío, se ha experimentado precisamente en los años de ausencia de ayudas y por los buenos precios alcanzados en el quinquenio 2012-2016. No quiero pensar que si hoy con la mitad de cosecha estamos así, que pasaria si en esta próxima campaña o en esta actual hubiera habido el doble de almendra (120.000 Tm grano) como sería lo normal y en un contexto de crisis que no tiene visos de solución a corto plazo.
Paradójicamente hoy se apela como solución y lo más sorprendente también es que se una la propia Administración, en la petición de que a la industria agroalimentaria nacional con figuras de calidad como DO o IGP que utiliza como materia prima la almendra, se la obligue a adquirir almendra nacional y etiquetar su procedencia. Esto es algo obvio y que debería saber la Administración, puesto que gestionaba las ayudas de modernización y mejora de las industrias agroalimenrarias que incluia a las que utilizan la almendra como materia prima y que recibieron ayudas para su modernización cuya condición para percibirlas era que sirvieran al sector agrícola de base y por ello se presentaban con la solucitud de ayudas contratos con productores para poder justificar ante la UE que cumplían el requisito. Y así lo aceptaba la Administeacion como requisito imprescindible ya que esas ayudas cofinanciadas como objetivo tenían el de iniciar el camino para una relación comercial duradera entre sector productor y agroindustrial que era obligado para todo aquel que hubiera obtenido ayudas públicas bajo ese paraguas y con ello que hubiera una regulación más equilibrada en el sector. Una vez que se consiguieron las ayudas, esta industria y la Administrscion olvidaron sus obligaciones con el sector y hoy 30 años después, las mismas Administraciones que miraron para otra parte e hicieron dejación de sus funciones, tal como exigir las devoluciones de las ayudas públicas percibidas por las industrias agroalimentarias por incumplimiento de obligaciones (tal como que sirvieran al sector agrario de base y de la CEE en su momento) y paradójicamente hoy recomiendan algo que debería ser de obligado cumplimiento. Creo que casi la mayoría o por no decir todas las industrias agroalimentarias de primera y segunda transformación existentes a día de hoy y se suministraran de almendra de procedencia comunitaria o californiana y especialmente las amparadas por el paraguas de las DO e IGP accedieron a esas ayudas. Por tanto esa petición no debería ser una recomendación sino obligación para todos.
Otro problema que necesitaría la implicación de la Administración y sector productor es la transparencia de las cotizaciones de almendra o los chiringuitos llamadas Lonjas que señalan los precios de compra de almendra al productor y con diferencias significativas entre ellas desde la que fija menores precios que es Reus hasta la más altas de Murcia y Albacete, y habría de preguntarse qué documentación sustenta esas cotizaciones (contratos de compraventa firmes entre productor o industria o recomendaciones de los descascaradores? Y en qué proporción y cantidades se sustentan ? Etc). Si las transacciones en el mercado de la almendra se realizan en grano, por qué no se hace al igual que en California y se publican precios por embarque? Así sabremos los productores que margenes manejan como costos de transformación las industrias y podremos saber si nuestras entregas por ejemplo a cooperativas de las que somos socios, tienen costos normales o anormales, que precio tiene la cáscara como biomasa en el mercado que lógicamente hay que descontar al coste de transformación, etc etc.
Es decir si queremos convertirnos en una Almond Board Española el camino a recorrer exige no solamente poner unas siglas y ya está, sino adoptar procesos que exigen transparencia y veracidad, por ejemplo los aforos y estimaciones deben realizarse por la Administración y con una metodología Estadistica y para ello los datos del cuaderno digital próximo podrían ser una herramienta útil y también para contrastar los precios percibidos pir el agricultor con los publicados por esas mal denominadas lonjas, etc
En definitiva hay que abordar una amplia reforma en el funcionamiento del sector y ello también implica que los actores midifiquemos nuestros comportamientos y al igual que pasa en otros países productores California y Australia, hagamos contribuciones en forma de cuotas por kilo grano producido o transformado o comercializado y creemos organismos independientes no chiringuitos y al servicio de todo el sector y eslabones que lo conforman financiando así las actividades de promoción, Investigacion y desarrollo, mejoras de cultivo, etc , y creo que sólo así saldremos del hoyo en el que estamos metidos.