Las etiquetas son una de las características más significativas de los envases para proporcionar información sobre el producto y captar la atención de los consumidores, siendo una de las estrategias de marketing más accesibles para las empresas agroalimentarias. Pero, ¿hasta qué punto influyen en las decisiones finales de los consumidores en el caso, por ejemplo del vino?
Investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid y de la Universidad Pública de Navarra han analizado cómo varía el proceso de toma de decisiones de un consumidor sobre la elección del vino cuando se enfrenta a etiquetas que presentan indicadores olfativos y termosensibles, por ejemplo, con etiquetas que presentan como novedad una tira para rascar y oler el aroma del vino o un indicador termosensible indicando la temperatura óptima de consumo.
Los resultados han puesto de manifiesto que la marca de un producto deja de tener importancia en este sector, cuando se tiene un etiquetado con estas innovaciones sensoriales. La nueva etiqueta pasa a ser el tema relevante, asociado a la calidad y aspectos relacionados con el consumo social del vino. Además, estas innovaciones hacen que el proceso de toma de decisiones sea más complejo al incluir más aspectos de la personalidad de los consumidores.
Para los investigadores de este trabajo, los resultados demuestran como las innovaciones sensoriales en el etiquetado pueden ser una gran oportunidad para que las empresas vitivinícolas con bajo posicionamiento en el mercado mejoren su posición y obtengan mejores resultados en un mercado altamente competitivo.
En España hay grandes vinos a precios muy asequibles
La ignorancia del consumidor le impide distinguir
Socrates