El sector de las gallinas ponedoras tiene retos importantes a los que hacer frente en los próximos años como la anunciada desaparición de las jaulas, la revisión de las normas de comercialización, el impacto de la influenza aviar, o las consecuencias de la guerra de Ucrania, según se ha avanzado en la asamblea anual de la asociación europea de comercializadores de huevos y ovoproductos (EUWEP) que se celebró la pasada semana en Madrid, según recoge INPROVO (la organización Interprofesional del Huevo y sus Productos).
Por un lado, la Unión Europea está revisando las normas de comercialización del huevo y evaluará si se mantienen las fechas de venta y de consumo preferente del huevo (21 y 28 días, respectivamente) y los tiempos legalmente establecidos (16 semanas) para poder vender como huevos “de gallinas camperas” los que se produzcan tras el encierro obligatorio de las aves por razones sanitarias (como protección ante la influenza aviar, por ejemplo)
El impacto de la influenza aviar en muchos países ha obligado a restringir la salida de las aves a parques exteriores en 2020 y 2021, y vender desde las 16 semanas de encierro los “huevos de gallinas en suelo”, perdiendo el valor añadido de la producción campera, algo que es económicamente inasumible para muchos productores.
La regulación de la Comisión Europea sobre la producción ecológica afecta también al mercado del huevo. Tras el uso de medicamentos en aves ecológicas, es obligatorio respetar un mínimo de 48 horas de tiempo de espera (aunque el medicamento esté registrado con periodo de retirada de 0 días), que en la práctica supone retirarlos del mercado, lo que encarece los costes y reduce la producción.
Otro aspecto que preocupa al sector comercializador de huevos es la estrategia “De la granja a la mesa”, anunciada por la Comisión para los próximos años, que se basa en la mejora de la sostenibilidad de la producción agroalimentaria de la UE. Esta estrategia prevé un incremento de la producción ecológica, hasta llegar al 25% de la superficie agrícola, y reducir el uso de antibióticos y de fertilizantes, así como la revisión de las normas de bienestar animal, entre otros objetivos. En este último punto, la Comisión Europea ha anunciado una próxima norma para prohibir las jaulas en producción ganadera en toda la UE.
Además de por los efectos políticas comunitarias en el mercado interior en el sector, hay preocupación por la apertura del mercado comunitario de huevos y ovoproductos a importaciones de países terceros que no cumplen las exigentes normas de la UE y, por ello, compiten con costes inferiores. Por ello reclaman en las negociaciones de libre comercio abiertas por la Comisión, el estatus de productos sensibles para los huevos y los ovoproductos y que se obligue a producir en las mismas condiciones, para una competencia justa.
Me parece bien, pero se debe controlar también el marcado de la producción interna