Después de unos meses invernales con temperaturas suaves, los cultivos de invierno han entrado en la primavera en buenas condiciones en la mayor parte de Europa. Sin embargo, la falta de agua en el sudoeste europeo sigue siendo motivo de preocupación, según el boletín sobre el estado de las cosechas elaborado por la Comisión Europea (Boletín MARS) que se acaba de publicar.
Las condiciones frías y húmedas a lo largo de la costa adriática italiana, Grecia y Turquía retrasaron el desarrollo de los cultivos, pero repusieron favorablemente la humedad del suelo. El excedente de precipitaciones en la Rusia europea también se considera favorable para los cultivos.
En el sur de Francia y el noroeste de Italia, el desarrollo de los cultivos aún se encuentra en las primeras etapas y los cultivos de invierno, aún no se han visto afectados o solo ligeramente. Se necesita lluvia en la mayor parte del resto de Italia, así como en Eslovenia, Croacia, Hungría, Rumania y el suroeste de Ucrania.
La peor parte se la han llevado los cereales de invierno en el sur de la Península Ibérica, que han sufrido una fuerte sequía. El boletín de la Comisión apenas ha recogido el efecto de las lluvias que cayeron la semana pasada y que continúan en ésta, ni se evalúa su capacidad para recuperar parcial o totalmente los rendimientos habituales.
El boletín indica que las precipitaciones acumuladas desde diciembre se sitúan por debajo del 50% de la media de los últimos años en toda la Península, con los valores más bajos (30-35% por debajo) en Alentejo y Extremadura. Por el contrario, se han mantenido por encima, las temperaturas medias y las sumas de radiación. Los embalses del sur de la Península Ibérica han comenzado el año con un nivel muy bajo. Por ejemplo, Murcia está al 22% de su capacidad; Andalucía 31%, Castilla la Mancha 37%, Extremadura 38% (datos MAPA a 15 de marzo de 2022). En Portugal, los niveles de agua en la mayoría de los embalses están por encima del 50 % de su capacidad, pero con grandes variaciones; p.ej. 4%
en Campilhas; 100% en Serra Serrada.
Las condiciones hasta ahora secas y las bajas reservas de agua para riego también pueden tener un impacto en las siembras de primavera en las provincias del sur de España, donde el maíz y el arroz podrían ser sustituidos por el girasol. No obstante, la situación geopolítica actual y los altos costes de producción, especialmente combustibles y fertilizantes también contribuyen a la incertidumbre con respecto a las decisiones de los agricultores.
Las previsiones de rendimiento que ha hecho la CE están, en su mayoría, por debajo de la media de los últimos 5 años y se basan parcialmente en tendencias históricas.
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