Las siembras de girasol en Andalucía pueden experimentar un crecimiento con respecto a las del año pasado, que llegaron a 194.017 ha, según los datos del Ministerio de Agricultura. Los costes de producción están alcanzando niveles nunca vistos, especialmente en fertilizantes, gasoil y energía eléctrica. No obstante, hay animación para sembrar girasol por los elevados precios que se están registrando como consecuencia de la guerra en Ucrania, que es uno de los principales exportadores de esta oleaginosa, señala Fernando Rodríguez, técnico de Cultivos Herbáceos de ASAJA Sevilla, en declaraciones a Agrodigital.com.
Reina un ambiente de preocupación por la evolución del conflicto y de incertidumbre por la meteorología. Algunos agricultores ya han sembrado y otros están pendientes del cielo. En otros años, el grueso de las siembras se ha realizado desde febrero a mediados de marzo, que es la ventana óptima de siembra en Andalucía. Según se presenta la campaña, este año las siembras se podrían alargar más allá de marzo.
El agricultor tiene que hacer una fuerte inversión para sembrar y habrá que ver si la meteorología acompaña y si llueve lo suficiente en primavera para que el cultivo alcance unos rendimientos que permita cubrir los elevados costes que va a suponer producirlo. Hay que recordar que, para los regadíos, la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir solo ha autorizado una concesión de 1.000 m3/ha que solo permitirá dar algún riego de apoyo.
Por otro lado, se está a la espera de que el próximo 21 de marzo, los Ministros de Agricultura de la UE debatan una posible propuesta para poder sembrar en la superficie dejada en barbecho, de manera excepcional por la situación en Ucrania y exclusivamente en el año 2022. De salir para adelante dicha propuesta, en Andalucía sería el girasol el cultivo que podría sembrarse en dichos barbechos, dadas las fechas y las necesidades hídricas de este cultivo, señala Rodríguez.
Siembras de invierno
En relación con el estado de los cereales de invierno andaluces, la falta de agua que el cultivo soporta desde el inicio del año ha hecho muchos estragos. En enero apenas han caído entre 5-8 l/m2 según las zonas y en febrero, prácticamente no ha llovido. A esta falta de lluvias se ha unido unas temperaturas más elevadas de lo habitual, lo que ha provocado que el cultivo fuera adelantado, por lo que la falta de agua le ha generado mucho más estrés hídrico.
Las últimas lluvias que han caído han sido muy escasas, si bien se esperan algunas más abundantes según las predicciones para los próximos días. En ciertas zonas, el daño ya está hecho y en otras zonas, gracias al tipo de suelo y a que hayan podido recibir más agua, el cultivo podría recuperarse si la primavera acompaña, alcanzando rendimientos que podrían ser similares a la media de los últimos años, concluye Fernando Rodríguez.
El cultivo estrella para este año son los barbechos, así además cumplimos con los ecoloterroristas de Bruselas. Si lo llego a saber no siembro, total para quedar empaz…
O se empiezan a firmar contratos a precio retributivos o cualquier agricultor sensato no sembrara por no jugársela a este precio de los insumos.
Que la sociedad se vaya pensando le dónde va a comer si la agricultura no es rentable y ahora mismo con los nitrogenados cómo están el gasóleo cómo está la maquinaria cómo está y los agricultores casi todos jubilados que se prepare España Europa y todo el mundo de ilusos en qué se ha convertido este mundo occidental
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