La Autoridad Europea de Seguridad de los Alimentos (EFSA) ha señalado que el dióxido de titanio ya no puede considerarse seguro cuando se usa como aditivo en la alimentación animal. La evaluación del Panel de la EFSA sobre aditivos y productos o sustancias utilizadas en la alimentación animal (FEEDAP) sigue la conclusión a la que llegó el Panel de la EFSA sobre aditivos alimentarios y aromatizantes (FAF) de que el mismo compuesto ya no puede considerarse seguro cuando se utiliza como aditivo alimentario .
El Panel FEEDAP no pudo descartar su preocupación en relación con la genotoxicidad, que es la capacidad de una sustancia para dañar el ADN de las células.
Después de la ingestión oral, la absorción de partículas de dióxido de titanio es baja, pero pueden acumularse en el cuerpo. Este hecho, junto con la falta de datos, implicó que el panel no pudo concluir sobre la seguridad del dióxido de titanio (TiO2) para los animales, los consumidores y el medio ambiente. En cuanto a la seguridad del usuario, el dióxido de titanio se considera potencialmente cancerígeno por inhalación.
El dióxido de titanio está actualmente autorizado para su uso como colorante.
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