Aunque breve, se insiste en que se va a promocionar una actividad laboral con carácter empresarial, es decir, no confundir con grupos familiares o de amigos. El fin es conseguir que cada parcela o lote, reciba el beneficio real que le corresponda dentro de una empresa.
Después de lo indicado en la parte 1ª y parte 2ª, publicadas esta semana, se pueden distinguir los tres componentes:
1º.- El equipo técnico.- Según la complejidad de la Agrupación estará compuesto por un gerente y los técnicos necesarios para la divulgación, control y valoración del trabajo agrario y sus resultados, recordando que todo gira en función de las tendencias del mercado. Se produce para vender y cada agricultor, con las parcelas asignadas, tendrá un número de identificación. Se aprovecharán todas las posibilidades. El mercado puede ser local, comarcal, provincial, nacional y exterior, pudiéndose realizar directamente o por «internet», siendo responsabilidad del Gestor la búsqueda de todas las posibilidades y siempre con el respaldo de un equipo profesional competente.
En este equipo la responsabilidad máxima va a ser del Gestor, por lo que será propuesto por él mismo.
2º.- Las parcelas o ganado, según tipo de agrupación, bien identificadas para que puedan ser controladas y aconsejar técnicamente su producción.
Todo puede ser fácil o difícil, según se mire. Llevamos tiempo en que los medios de información y gente afín, como pueden ser los sindicatos, están denunciando una situación de ruina total para el campo, sea agrícola como ganadero y cuya solución propuesta es a base de repartir subvenciones, es decir, regalar dinero a fondo perdido, como si estuviéramos en el país de Jauja, olvidando que ese dinero o subvención, sale del dinero de los impuestos de la mayoría. Esto tiene varios nombres, según la calidad literaria del comunicante, pero puede valer el de «la pescadilla que se come la cola», no que se muerde, es decir, que no es ninguna solución, ni a corto ni a largo plazo, por mucho valor político que se ponga.
La divulgación para la captación de fincas tiene que ser clara y contundente. El propietario que cede su parcela nunca tendrá pérdidas. En el peor de los casos se le quedará una parcela bien cuidada. En el mejor, con beneficio tendrá derecho a un porcentaje, después de restar gastos y el rendimiento del trabajador responsable.
En cuanto a la duración de los contratos, en cierta ocasión, nuestro compañero y colega, conocido ampliamente en todo lo relacionado con la Agricultura alicantina, Miguel Valdés, nos expuso un modelo americano (californiano), al que dediqué algunos comentarios en publicaciones comarcales y que se podría reproducir cuando fuera necesario.
Habrá dificultades, por supuesto, pero hay gente suficiente, que les gustaría colaborar y poder aportar soluciones concretas, como cuando la parcela agrícola esté plantada de frutales, o bien con cultivo no apropiado. El cultivo a implantar va a depender del estudio de mercados, de la producción de la superficie y del cuidado que le preste el responsable de la misma. El binomio tierra-productor va unido, pero independiente cada uno de los demás, y hay muchas formas o maneras para conseguirlo, pues ya existen agrupaciones que lo realizan y que aquí se pueden mejorar.
3º.- El factor humano. El buscar el dinero necesario para mantener la familia con «el paro» o con «la jubilación», es muy relativo. Si no hay dinero, si no se genera riqueza, pueden fallar las dos cosas. Aquí si que vale el decir que «Nos podemos comer la gallina productora de huevos». Toda la gente que no encuentra trabajo, pero que quiera trabajar y no vivir del cuento, va a tener ocasión de conseguirlo, pero teniendo que seguir un proceso de capacitación, mediante Cursillos concretos y de prácticas.
Como desde el principio se prescinde de toda confusión de relación familiar o de amiguismo, no va a ser difícil que cada agricultor o ganadero actúe como si fuera un «trabajador de fábrica», es decir, con la actitud de que tiene que realizar el trabajo que se le asigne, olvidándose de preferencias o aficiones incompatibles con el programa establecido. Naturalmente se valorará su capacidad y aptitud, recordando los ejemplos vividos de gente que ha sido capaz de conseguir el doble o mucho más que otros, con idénticas condiciones de terreno y clima.
Desde luego hay diferencias de calidad de tierras que pueden influir en los resultados, lo cual se tendrá en cuenta y lo mismo hay diferencia en cuanto al trabajo y la forma de hacerlo de cada agricultor. Todo ello es fácilmente valorable por el equipo del Gestor a través de los resultados obtenidos en sus parcelas.
El precio de la cosecha puede depender de varios factores, incluso ajenos al binomio anterior, por lo que también tiene que haber una regulación, al estilo de los seguros agrios, además de los normales.
En fin, que se debería empezar ya a trabajar en la confección de estos grupos y dejarnos de parches, antes de que nos venga una multinacional y se lo lleve todo. Y esto nos compite a todos los que estamos relacionados con el campo, agrícola o ganadero, por lo que todos debemos sentirnos invitados a aportar ideas y conseguir que alguien, con capacidad y ganas, inicie el proceso. Hay que tener en cuenta que se reparten subvenciones a diestro y siniestro, sin más que aparentar y todo tiene su fin. Ahora se puede dar un paso más, para algo que sirva para devolver al campo la importancia que siempre tuvo.
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