España cierra el año hidrológico (de octubre de 2018 a septiembre de 2019) con un balance negativo. El promedio de las precipitaciones ha sido de unos 533,7 mm, mientras la media histórica de la última década alcanzó los 643,3 mm, según datos del Ministerio de Transición Ecológica (MITECO). A pesar de las últimas lluvias torrenciales, los embalses están al 41.1% de su capacidad.
Durante los últimos seis años, el nivel de agua embalsada en España no ha mejorado sustancialmente, incluso en los años que más ha llovido, como sucedió durante el periodo 2013-2014. Esta es una de las principales conclusiones que revela el nuevo estudio realizado por WWF. Es más, el nivel de agua embalsada está por debajo de la media de la última década, y claramente la recuperación de 2018, año en el que llovió un 25% por encima del promedio del valor anual, no fue suficiente para compensar el creciente uso con la escasa acumulación de agua por las lluvias.
Es decir, cuando llueve más, no siempre se utiliza para almacenar agua en los embalses, pues se sigue utilizando de manera excesiva.
Durante el mes de agosto, y en julio en la mitad centro y sureste peninsular, ha habido una ausencia de sequía prolongada (como se puede ver en el mapa de sequía que mide el nivel de lluvias). Sin embargo, las cuencas del Segura, Júcar, Guadalquivir y Guadiana están en nivel de alerta y prealerta, incluso en algunas zonas de esta última en emergencia (que mide la capacidad para atender las demandas de agua), como muestran los mapas publicadas por el MITECO.


Según WWWF, se debe al alto consumo de agua por el regadío y agricultura intensiva que acapara el 80% de este recurso. Por otro lado, la cuenca del Duero ha sufrido una sequía prolongada, por lo que varias zonas están en niveles de emergencia.
Sin duda, la cuenca del Segura resulta un caso paradigmático, donde a pesar de las últimas lluvias torrenciales que asolaron zonas como la Vega Baja del Segura, acumulando el equivalente a la lluvia de un año, o en Murcia (San Javier) donde de descargaron 203,7 mm en 24 horas, se encuentra actualmente en situación de (nivel de) alerta.
La reserva hidráulica del Segura se encuentra al 28.2% de su capacidad. De hecho, en julio de 2019 las autoridades del agua solicitaron prorrogar hasta el 30 de septiembre de 2020 la situación de sequía.
El Centro de Estudios Hidrográficos del CEDEX (2017) estima que los recursos hídricos disponibles en las diferentes cuencas hidrográficas se reducirán entre un 3% y un 7% de aquí a 2040.
La organización WWF solicita a las Administraciones públicas que den un giro radical a la gestión del agua. Considera que las Autoridades del Agua han mantenido su empeño de afrontar las sequías a golpe de medidas urgentes y excepciones, lo que no sería más que una huida hacia adelante que no plantea, ni siquiera en momentos de escasez hídrica, reducir ni adaptar la demanda a un recurso tan limitado como el agua.
Precisamente, durante la gran sequía de 2017, la peor durante los últimos 20 años, las medidas que se adoptaron terminaron por agravar aún más la situación de consolidación de la demanda, a través de exenciones al pago del agua, justo cuando más falta hacía, en opinión de WWF.
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