Es sabido que los precios de los hidrocarburos suelen ser muy fluctuantes. Si en 2012 el litro de gasóleo agrícola llegó a estar a 0,99 euros, después fue experimentando un descenso progresivo hasta colocarse en los 0,58 euros en 2016, dato especialmente positivo e inusual. Posteriormente se ha mantenido a 0,68 euros, y si bien es cierto que no se han alcanzado las cifras de 2012, en octubre el precio del gasóleo agrícola ha subido estrepitosamente, hasta colocarse en 0,89 euros. Este repunte supone un aumento de un 27% con respecto al último año.
Para mitigar los efectos de las fluctuaciones incontrolables de los hidrocarburos, UPA Andalucía reivindica la recuperación de medidas que el Gobierno retiró hace dos años, como son la reducción del 35% de la facturación de gasóleo en el IRPF, del 15% en plásticos, y del 15% en fertilizantes, pues sus costes de fabricación están íntimamente ligados a las oscilaciones de precios de los combustibles fósiles.
La organización agraria valora en positivo que los agricultores y ganaderos se puedan seguir beneficiando de la devolución, por parte de la Agencia Tributaria, del Impuesto Especial sobre Hidrocarburos. Cierto es que hace unos años el Gobierno redujo la cuantía de 78 € a 63,71 € por cada mil litros, pero al menos, se sigue manteniendo. No obstante, ésta única medida es insuficiente.
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