Ayer abrió la fábrica que Azucarera tiene en Jerez (la azucarera del Guadalete), dando comienzo a la campaña remolachera en la zona sur. Este año, la fábrica ha abierto 6 días más tarde que en la campaña pasada como consecuencia de lo tardío de la siembra, que se hizo en dos estapas, finales de octubre y finales de noviembre, debido a la meteorología adversa.
Este retraso en la apertura también se va a notar en el cierre. Se espera que éste se produzca entre el 16 y 19 de agosto, mientras que el año pasado cerró el 14 de agosto.
Esta campaña, la superficie sembrada se eleva a 7.406 ha (200 ha menos que la campaña anterior), de las que 7.268 ha corresponden a regadío y 138 ha a secano (un 90% de estas hectáreas de secano se concentran en Cádiz). En la provincia de Sevilla se han sembrado 5.455 ha y en la de Cádiz 1.945 ha.
Las siembras de remolacha en secano se han reducido de forma importante (se cultivaron 254 ha en 2017) a causa de la sequía que sufría el campo el pasado otoño y que llevó a los agricultores a no sembrar este cultivo ante el temor por la falta de agua, de acuerdo con la valoración de Antonio Caro, coordinador de los servicios técnicos de ASAJA-Sevilla.
Según los datos que maneja ASAJA-Sevilla, el cultivo está bien implantado, con buena masa foliar. El potencial productivo es bastante bueno, barajándose un rendimiento medio de 86-87 t/ha (el año pasado no se llegó a 82), por lo que el aforo previsto para esta campaña es de 640.000 t.
Se espera también buena calidad, pues los muestreos actuales dan una media de 15 grados polarimétricos. A medida que la cosecha vaya avanzando se espera que la riqueza en azúcar vaya aumentando.
El desarrollado vegetativo ha sido, por lo general, satisfactorio, aunque se ha notado la falta de las altas temperaturas propias del mes de mayo y junio, tan beneficiosas para el cultivo. Las lluvias de marzo han provocado la pérdida de parte del nitrógeno del suelo por lixiviación, con el consiguiente amarillamiento de plantas de algunas parcelas.
Los niveles de presencia y/o daño de los principales agentes que afectan al cultivo han sido leves en general,
fácilmente controlados por los tratamientos insecticidas y fungicidas realizados oportunamente.
En algunas parcelas ha destacado la presencia moderada-alta de Cercospora (Cercospora beticola), debido principalmente a las frecuentes lluvias caídas en abril y mayo; así como también se han observado niveles moderados de adultos y larvas de Cásida (Cassida vittata), según la información de la Red Andaluza de Alerta e Información Fitosanitaria (RAIF)
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