El sector remolachero-azucarero en su conjunto, representado por la Confederación de Remolacheros Europeos (CIBE), los fabricantes europeos de azúcar (CEFS) y los trabajadores del sector azucarero (EFFAT) han pedido a la UE, que en las negociaciones con Mercosur, resistan a la presión de Brasil, que quiere más acceso al mercado comunitario del azúcar y que no ofrezcan más concesiones en este sentido.
Las tres organizaciones han escrito una carta conjunta a los Comisarios de Agricultura, Phil Hogan y a la de Comercio, Cecilia Malmström. En dicha carta, les recuerdan la precaria situación que está atravesando el sector azucarero comunitario.
Tras la desaparición de las cuotas de azúcar y con un mercado mundial deprimido, los precios del azúcar están en su nivel más bajo desde el establecimiento del Sistema de Información de Precios de la Comisión Europea hace casi doce años. Según el último informe de previsiones a medio plazo de la Comisión, esta situación de mercado podría durar hasta 2030. En Rumania ya ha cerrado una azucarera en el pasado mes de enero.
Frente a esta situación en la UE, la de Brasil es mucho más prometedora. Ya disfruta de la mayor cuota individual de acceso de cualquier país tercero y es el principal exportador mundial. Cuenta con un sistema de apoyo gubernamental basado en que los productores pueden vender su azúcar a precios inferiores a los costes. Además, el sector de la caña de azúcar recibirá un enorme incentivo financiero a partir de 2020 con la entrada en funcionamiento de RenovaBio, su programa de promoción de biocombustibles basado en créditos.
Además, mientras que los remolacheros comunitarios cada vez tienen que ajustarse a normas más estrictas, los productores de azúcar brasileños tienen estándares sociales y ambientales mucho más bajos que son objeto de críticas públicas.
Todas estas cuestiones junto con la incertidumbre que supone el Brexit, conducen a que cualquier nueva apertura de mercado del azúcar tendría consecuencias catastróficas.
El sector remolachero-azucarero de la UE recuerda el papel único que desempeña en el tejido de la economía rural de la UE:
– Ofrece empleo industrial de alta calidad en las regiones donde existen pocas alternativas.
– Produce no solo azúcar, sino una gama de productos, como alimentación animal y el etanol, que respaldan la competitividad de los productores ganaderos y las industrias de fermentación, entre otros.
– El cultivo de la remolacha azucarera juega un importante papel agronómico en la rotación de cultivos.
– La producción de azúcar requiere mucho capital y mucho conocimiento, por lo que una vez que cierra una fábrica, es muy difícil que vuelva a abrir sus puertas. En otras palabras, una vez que el azúcar deja una región, se va para siempre.
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