El presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, y el presidente del Gobierno de La Rioja, José Ignacio Ceniceros, se reunieron ayer en Mérida, tras el anuncio de la multinacional Imperial Tobacco de cerrar la planta de transformación de tabaco que tiene en Logroño, que ha creado una “situación complicada”, en palabras del presidente extremeño tanto para el mantenimiento de los puestos de trabajo de la planta como para los cultivadores de Extremadura.

El presidente de La Rioja, tras agradecer la disponibilidad del presidente extremeño, ha apostado por “aunar esfuerzos” para mantener los puestos de trabajo de la planta de Altadis y en defensa de los cultivadores extremeños, ante el Gobierno de España y ante las instituciones comunitarias.

Ambos presidentes han coincidido en pedir la permanencia de la empresa y en destacar la unión de todos los sectores y colectivos implicados, así como “la fuerza de ir todas las instituciones de la mano, que nos puede dar ese fruto de la permanencia de la empresa y el mantenimiento de los puestos de trabajo”, añadió Ceniceros.

A la reunión, que se ha desarrollado en la sede de la Presidencia, han asistido también la consejera de Medio Ambiente y Rural, Políticas Agrarias y Territorios de la Junta de Extremadura, Begoña García; la consejera de Desarrollo Económico e Innovación del Gobierno de La Rioja, Leonor González, y el presidente del Grupo Parlamentario Popular de la Asamblea de Extremadura, José Antonio Monago.

José Ignacio Ceniceros ha destacado que en esta situación “todos tenemos que ir de la mano porque nuestro objetivo son la preocupación que tienen los trabajadores y los cultivadores”.

El presidente riojano ha recordado que la planta de la antigua Tabacalera, hoy Altadis, se abrió en Logroño hace 126 años y empleaba a 550 personas, de las que 500 eran mujeres. Ceniceros ha indicado que la empresa no ha sido “transparente ni leal con el Gobierno ni con los trabajadores”, ha añadido.