Para obtener una tonelada de trigo, el suelo debe proveer 33 kilos de nitrógeno, mientras que una de maíz requiere 22 kilos, más la correspondiente fertilización en ambos casos. Pero en la Argentina, sólo se repone alrededor de la mitad del nitrógeno que consumen los principales cultivos de grano. El 98 % del nitrógeno del suelo se encuentra en su materia orgánica, mientras el 2 % restante está compuesto por formas inorgánicas móviles como los nitratos móviles que, si no son absorbidos por los cultivos, se pierden y pueden generar contaminación.
Miguel Taboada, especialista del Instituto de Suelos del INTA, señaló que el nitrógeno es un macronutriente fundamental para el crecimiento de los cultivos. “El suelo debe proveer 33 kilos de nitrógeno para obtener una tonelada de grano de trigo y 22 kilos para una de maíz, sumado a la correspondiente fertilización”, ejemplificó. Taboada afirmó que “la aplicación de fertilizantes nitrogenados es una alternativa que agrega nitrógeno al existente en el suelo y ambas formas –suelo y fertilizante– son absorbidas con similar eficiencia”. En esa línea, observó que las dosis de fertilizantes se ajustan según los modelos previstos para las principales regiones productivas del país.
“Se determina el nivel de nitrógeno mineral presente en el suelo al momento de la siembra mediante un análisis de laboratorio y, a partir de ese dato y de los modelos, se define la dosis de aplicación”, detalló Taboada. Asimismo, destacó el potencial de algunas tecnologías para identificar la fuente de nitrógeno adecuada –tipo de producto– y el momento de fertilización. Fuente: INTA
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