Una investigación llevada a cabo por la Universidad de Nothingan ha puesto de manifiesto que la aplicación de un tratamiento hormonal a las vacas lecheras puede reducir las emisiones de metano, que es un gas de efecto invernadero. Con tratamientos rutinarios de hormonas se mejoraría la eficiencia de tener más vacas preñadas antes, por lo que se necesitarían menos animales para producir la misma cantidad de leche. En consecuencia, a menos animales, menos emisiones de metano y por tanto, menos impacto ambiental.
Los investigadores llevaron a cabo una simulación por ordenador de vacas individuales de 10.000 rebaños lecheros, para comparar el manejo reproductivo tradicional con el que se podría realizar si se adoptaran programas específicos de tratamiento rutinarios con hormonas. Los resultados variaron entre rebaños, pero para un rebaño medio habría una reducción de las emisiones de metano equivalente al potencial de calentamiento global de dos coches, una casa familiar o 21 barriles de petróleo. El ganadero también ahorraría, al menos, 70 € por vaca al año en costes de producción. Para los investigadores, los tratamientos hormonales de rutina analizados serían financieramente viables en muchas explotaciones, generando beneficios a la sociedad a través de la reducción del calentamiento global y asegurando la disponibilidad continua de leche.
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