Desde la Asociación de Bodegas de Rioja Alavesa – ABRA consideramos obligado informar a través de los medios de comunicación de la realidad y el momento que está viviendo el sector vitivinícola en Rioja Alavesa y de nuestra apuesta como colectivo.
Nuestra Asociación representa actualmente a la realidad socioeconómica de Rioja Alavesa: 120 Bodegas, vitivinicultores gestionadores de su propio viñedo y del de viticultores vecinos, capaces de activar diferentes ámbitos económicos a través de la subcontratación de empresas auxiliares, generalistas o sectoriales, con gran capacidad de resistencia ante vaivenes económicos. Entre todos, también aquellas Bodegas que aún no siendo asociadas comparten nuestra filosofía, suponemos en valores de aproximación más de 500 familias, más de 5000 personas, más de 5000 hectáreas, que superan los 316 km2 de la comarca. Tal vez el cálculo se quede corto, ya que esta forma de monocultivo tan particular impulsa y mantiene toda una serie de sectores servicios y otros (enoturismo, hostelería, comercio, etc…) que hacen de Rioja Alavesa una de las comarcas más vivas y con mayor proyección; nada nuevo.
Representamos un modelo de negocio que permite extraer el mejor valor de nuestras vides legendarias y el mantenimiento y mejora del entorno, así como su patrimonio tangible e intangible. Estos mimbres hacen atractivas las inversiones a pesar de estos años tan convulsos; algunas de ellas, con un enfoque respetuoso con la singularidad y potencialidad de los vinos de Rioja Alavesa; otras, con un modelo de negocio enfocado a la producción masiva a través de la compra-venta genérica de otras zonas que no son Rioja Alavesa; un modelo de negocio al que no podríamos jugar ni aunque quisiéramos, que no debería llevar el marchamo de nuestro nombre, y que, a pesar del volumen de dicho negocio monopolizado por pocos, ni a la comarca, ni a las instituciones les debería interesar fomentar: pan para hoy…
Cierto que compartimos tierras con nuestros vecinos de la Sonsierra; hermanos en la singularidad de la historia, el terreno y el clima, pero separados administrativamente. Una suerte común que nos enorgullece compartir y siempre suma en calidad.
El crecimiento de nuestras empresas no debe estar basado en volumen, que nuestros valiosos suelos no nos pueden aportar, si no en la calidad que nos permite nuestra ubicación en esta comarca bendecida por la naturaleza, que durante tantos siglos ha sido reconocida y que tantos prescriptores y países del mundo valoran.
En un sombrero tan grande como es “Rioja” donde sobre todo en los últimos años se ha buscado la homogeneización de producto y marca, hacen falta más que nunca segmentaciones y categorizaciones adecuadas para valorizar cada producto y crear definitivamente un paraguas robusto; el consumidor demanda mayor y mejor información del origen real de nuestros vinos, asociándolo a singularidades.
Una comarca con las características edafológicas e históricas como las que abarca Rioja Alavesa, precisa de una diferenciación e identificación veraces para la optimización de nuestro trabajo y su posterior valorización en los mercados. Nuestro afán es el disfrute de los consumidores con nuestros vinos, gracias a la perdurabilidad de nuestras empresas en el tiempo.
Por ello, la demanda de ABRA ante su sede de la DOC Rioja para que de forma interna se mejorase la visibilidad del etiquetado de las subzonas (Rioja Alavesa en nuestro caso), suponía un pequeño paso en ese camino pero un gran avance; lástima que contemos con un sector “Rioja” que carece de una mentalidad para asumir cambios que supondrían una mejora para todos, ya que una vez más el debate se paraliza y aplaza, sin visos de resolución.
(Según datos del Consejo Regulador de la DOC Rioja de este año, más de 110 Bodegas pueden utilizar la mención “Rioja Alavesa” en su etiquetado, el único modo de que el consumidor se asegure el origen del vino; muchas otras han solicitando su uso, y están a la espera de su autorización).
Existen vías de evolución como sector al amparo de la DOC Rioja, que tanto esfuerzo nos ha costado crear a todos los que la trabajamos, y quisiéramos que fuese en este marco donde conseguir que todos los actores encontrásemos nuestro ámbito de mejora y la sostenibilidad de nuestras explotaciones, de nuestra forma de entender la vida a través de este patrimonio vitivinícola.
Sin embargo, hay que recordar que también existen otros muchos caminos fuera de ese sombrero, factibles, legales y viables, que no dudaríamos en acometer antes de ver morir nuestras viñas, nuestras bodegas y nuestra comarca.
Queremos destacar el soporte que desde el Departamento de Desarrollo Económico y Competitividad de Gobierno Vasco estamos teniendo como sector para mejorar y enfocar adecuadamente en todos los ámbitos la evolución más idónea. Tomamos a consideración las opiniones y opciones que nos indican, y urgimos a todas las Administraciones e Instituciones a que hagan los mismo. Es indefectible el apoyo al sector.
Valoramos también positivamente el interés que ha suscitado entre las diferentes formaciones políticas la situación vitivinícola y nuestros retos de futuro. Agradecemos todos los apoyos que hemos recibido y esperamos que continúen con este respaldo y aúnen sus voces.
Instamos a todos ellos a consultar con nuestra Asociación sobre nuestro sector vitivinícola, la vía más adecuada para que conjuntamente, con conocimiento y rigor, lleguemos al mejor diagnóstico para Rioja Alavesa.
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