El viernes se reunió en Lleida el Grupo de Trabajo del Fuego Bacteriano, que ha sido convocado por acuerdo de la Mesa sectorial agraria de la fruta dulce que se llevó a cabo a finales del año pasado, y que ha contado como invitado con la presencia de la experto de reconocido prestigio a nivel estatal en el estudio del fuego bacteriano, el doctor Emilio Montesinos, de la Universidad de Girona.
El Departamento de Agricultura de Cataluña, (DAAM) abrió la reunión recordando que se ha hecho un gran esfuerzo en todo momento en la difusión de las medidas preventivas a implementar y en la sintomatología de la enfermedad para que los propios agricultores puedan detectar fácilmente y se pueda comunicar lo más rápidamente posible a la Administración cualquier sospecha. Así, afirmó que la lucha contra el fuego bacteriano «representa un esfuerzo muy considerable en recursos destinados a la prospección de las plantaciones frutales y en las consiguientes indemnizaciones de las plantaciones afectadas, donde ha sido necesario arrancar y destruir los árboles», y ha añadido que este esfuerzo «ha permitido hasta el momento mantener Cataluña como zona protegida, a pesar de estar rodeados de otras zonas productoras que ya conviven con la enfermedad».
A continuación el doctor Emili Montesinos expuso que a la vista de la evolución de la enfermedad y del estado de la situación del fuego bacteriano en Cataluña, resulta prácticamente inviable mantener la zona protegida en la zona de Lleida, al igual que ha sido necesario hacer en otras zonas del Estado, de Europa y el mundo. Así, en esta zona hay que pasar a la convivencia activa con la enfermedad, aunque se mantendrá todas las estrategias de prevención y lucha para minimizar su impacto.
A continuación se ha iniciado el debate en el que desde el DAAM ha planteado las opciones que se considera que se podrían adoptar en el caso de Lleida: salir de zona protegida o mantenerse en él, aunque finalmente esta última opción ha quedado descartada básicamente por cuestiones técnicas y científicas, y porque la evolución de la enfermedad hace inviable asumir el importe de las indemnizaciones.
La opción de que la zona de Lleida salga de la zona protegida, sin que ello tuviera que afectar al resto del territorio catalán, conlleva pasar a un estatus de convivencia con la enfermedad.
En este sentido, el director general ha insistido en «el compromiso del DAAM de crear la Oficina del Fuego Bacteriano, desde la que se reforzaría la información, la divulgación y la sensibilización en el sector, a la vez que se podría destinar más recursos en todo lo relativo a la prevención y sanidad vegetal que ahora no se pueden dedicar dado que se está pagando cantidades importantes en concepto de indemnización «.
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