Durante la última cumbre celebrada entre la Unión Europea y Canadá, el presidente de la Comisión Europea y el Primer Ministro de Canadá confirmaron el final de las negociaciones del Acuerdo Económico y Comercial Amplio (CETA, de sus siglas en inglés) entre ambas regiones.

Según ha informado el Comité Europeo de Empresas del Vino (CEEV) en una nota, el CETA consolida los logros del acuerdo sobre vinos alcanzado en 2004, incluida la protección plena y recíproca de todas las indicaciones geográficas de los vinos de ambos lados. Pero además, el nuevo acuerdo facilitará un acceso más equitativo al mercado canadiense para los vinos europeos, proporcionando herramientas más eficaces para prevenir y hacer frente a las barreras injustificadas o prácticas discriminatorias, en particular aquellas relacionadas con los monopolios provinciales (Liquor Boards).

Al respecto, el presidente del CEEV, Jean-Marie Barillère, ha destacado que Canadá “es un mercado tradicional e importante para los vinos de la UE y, gracias a este acuerdo, los exportadores europeos se beneficiarán de un marco comercial claro y justo”.

Para Barillère, en el contexto de la economía mundial, los tratados de libre comercio “son estratégicos para garantizar las mejores condiciones de acceso al mercado para los vinos de la UE”.

El CEEV espera ahora una rápida entrada en vigor del CETA, que no será antes de 2016, e insta a la Comisión Europea a garantizar el pleno respeto y la aplicación de este acuerdo, especialmente respecto a las actividades de los Liquor Boards. A su juicio, esta es una condición indispensable para poder obtener el máximo beneficio en el desarrollo de las exportaciones.

Actualmente, Canadá es el cuarto mercado de fuera de la UE para los vinos europeos, con un volumen de negocio de 768 millones de euros en 2013 y un crecimiento del 27% desde 2007 hasta ahora.