El programa de vigilancia de riesgos asociados al topillo campesino, que rutinariamente pone en marcha la Consejería de Agricultura y Ganadería de la Junta de Castilla y León, aconseja establecer medidas preventivas en distintas zonas de la Comunidad Autónoma.
Una de las acciones planteadas, en colaboración con los agricultores, es trabajar para la modificación del hábitat donde prolifera el topillo, mediante la limpieza de la cubierta vegetal en las zonas en las que más se encuentra (cunetas, linderos, regatos…). Para que esta estrategia consiga la mayor efectividad posible ha de ir acompañada de medidas paralelas en las parcelas de cultivo adyacentes. Estas acciones buscan reducir la posibilidad de que el topillo encuentre zonas cercanas que le proporcionen alimento y protección frente a sus depredadores, reduciendo sus posibilidades de sobrevivir y colonizar.
En los casos en que sea posible, los agricultores deberían llevar a cabo una importante tarea en sus parcelas: remover el terreno a la mayor profundidad posible, con el objetivo de eliminar la cubierta vegetal y provocar la rotura física de colonias que pudieran haber comenzado a establecerse en el interior.
Desde la Consejería de Agricultura y Ganadería también se les ha trasladado a los agricultores una serie de recomendaciones para ayudar en la prevención de riesgos para sus cultivos:
1. Vigilar los cultivos y plantaciones, así como las masas forestales y el medio natural próximo a las parcelas, notificando a la Administración toda aparición o sospecha de topillos.
2. Realizar laboreo en las parcelas agrícolas, removiendo el terreno cuando se pueda, especialmente en los casos en los que se observe presencia de huras y colonias y repitiendo la operación siempre que sea necesario hasta el momento de la siembra.
3. En el caso de parcelas en las que habitualmente se realicen prácticas de siembra directa, considerar el uso de un descompactador o un chísel, que contribuirá a destruir galerías y madrigueras minimizando el impacto sobre la estructura y perfil del suelo.
4. En el caso de parcelas establecidas de alfalfa, pastos, forrajes y otros cultivos herbáceos perennes o plurianuales, una vez que se le haya dado el último corte, y en el caso de observar un número importante de colonias de topillo, considerar un pase somero de grada, que destruya las galerías y huras superficiales.
5. En el caso de parcelas establecidas de alfalfa, pastos, forrajes y otros cultivos herbáceos perennes o plurianuales, se deben realizar los últimos cortes previos al invierno dejando la menor longitud posible de cubierta vegetal, lo más superficial posible, con el objetivo de reducir el alimento disponible y reducir la protección frente a depredadores.
6. Controlar y eliminar mecánicamente, mediante limpieza con cuchilla, motoniveladora o desbroce, la cubierta vegetal herbácea, respetando escrupulosamente cualquier vegetación arbustiva y/o arbórea presente, en los lugares que son reservorio de las poblaciones y que pudieran poner en peligro a los cultivos (cunetas y lindes entre parcelas).
7. En los casos de cunetas y lindes con cubierta vegetal escasa o de porte muy bajo, donde se observe presencia de topillo, o en sus proximidad sería conveniente mantenerlas desnudas por medios mecánicos o mediante la aplicación de herbicida, hasta que los cultivos adyacentes estén instaurados y en desarrollo.
8. En el caso de parcelas con dotación de riego en las que se observe colonización de topillo, considerar la viabilidad de provocar un anegamiento total temporal.
9. En los casos en los que en el interior de las parcelas ya sembradas se observen colonias puntuales de topillo, considerar su inundación mediante el apoyo de la cuba con una manguera, o bien su destrucción de forma manual mediante azada o con la ayuda de un apero que provoque la remoción del suelo, hundiéndolo sólo en las zonas donde se observen las colonias.
10. En los casos de parcelas de regadío, especialmente de alfalfas, retirar los tubos de riego cuando no sean necesarios.
11. Retrasar al máximo las siembras en función de lo que permita el cultivo y la variedad del mismo considerada, en aquellas zonas en que se observe actividad de topillo campesino.
12. Mantener vigilada una franja de entre 5 y 10 metros en los límites de aquellas parcelas cultivadas en cuyas lindes, cunetas, arroyos o parcelas colindantes se observe presencia de topillo campesino, o se estime riesgo de presencia futura. Si el riesgo es alto, considerar dejar esa franja sin sembrar, manteniéndola de forma constante libre de vegetación. Si se observa colonización en dicha franja, practicar la remoción de tierra en ella.
13. Facilitar e intensificar el pastoreo en rastrojos, zonas no cultivadas y baldíos.
14. Eliminar acúmulos de piedras y demás elementos próximos a las parcelas que pudieran servir de cobijo al topillo, así como restos y residuos de cosecha o de podas.
15. Potenciar la actividad de los depredadores de topillo (rapaces, comadrejas, zorros, cigüeñas, etc.), mediante el mero respeto a los mismos y sus camadas, la erradicación de prácticas que pudieran afectarles, y el también respeto y potenciación de aquellos elementos paisajísticos que pudieran ayudarles como proporción de guarida, en sus actividades reproductivas y de cría, o en sus oteos y campeos en la búsqueda de presas.
16. Colocar posaderos temporales, como por ejemplo estacas de aproximadamente 1,5 metros de altura clavadas en el terreno, en las lindes, cunetas y arroyos adyacentes a las parcelas de cultivo, así como en el interior de aquellas parcelas (especial atención al cultivo de alfalfa) en las que pudiera observarse presencia de colonias de topillo, situando los posaderos en sus proximidades.
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