En España se cometen al menos 64 robos cada día en explotaciones agrícolas y ganaderas. Tras esta fría estadística se esconden miles de familias que se ven obligadas a afrontar una importante pérdida económica y un grave perjuicio en el desempeño de su actividad por culpa de bandas criminales organizadas.
Desde UPA se ha dado la voz de alarma ante esta situación “realmente insoportable”, exigiendo a las autoridades que tomen las medidas imprescindibles para garantizar la seguridad en las explotaciones agrarias, “pero hasta ahora todo sigue más o menos igual. El campo se encuentra abandonado a su suerte y nadie parece poner remedio”, afirman.
Los responsables de Interior han explicado en la reunión con las organizaciones agrarias hoy en Madrid que el plan de choque contra los robos en el campo puesto en marcha en 2011 obtuvo buenos resultados. El ritmo de incremento de los robos se redujo, aunque de hecho siguió creciendo la cifra absoluta, hasta alcanzar los 23.348 robos denunciados en 2012.
UPA ha insistido en la importancia de destinar un número de efectivos suficiente a la labor de prevención del robo, obteniendo el compromiso de Interior de que reactivarán el plan de choque de hace dos años.
La organización ha demandado la modificación de las penas por reincidencia en el Código Penal –comprometida por el ministro de Justicia Ruiz Gallardón hace ya varios meses- y han pedido que se realice una valoración del daño que produce el robo, que se vigilen los centros de recepción de mercancía y que se mejoren los cauces de información entre los responsables de Interior, Agricultura y las organizaciones agrarias.
Geografía de los robos rurales
No hay un patrón único que sirva para definir al colectivo de los ladrones rurales. Buena parte de las noticias difundidas ha incidido en la existencia de bandas de ciudadanos de algunos países del este europeo o del Magreb para, a continuación, hacer algunas denuncias un tanto xenófobas. Es cierto que entre los detenidos aparecen bastantes rumanos y marroquíes, pero también nos encontramos con un número significativo de ciudadanos españoles dedicados a estas actividades delictivas, de hecho el 72% de los detenidos por robos en el campo son españoles, seguidos de los rumanos, por un 20%.
El buen conocimiento de las zonas y de los momentos más idóneos para cometer los delitos parece indicar que estas bandas disponen de informantes dentro del propio mundo rural. En resumen, que se trata de redes amplias y organizadas que se dedican al despojo sistemático del sector agrícola y ganadero, más desprotegido que nunca.
Prácticamente todas las comunidades autónomas se encuentran afectadas por los robos rurales. Quizás las situaciones más dramáticas se han registrado en la Comunidad Valenciana, Andalucía (especialmente en Almería), Cataluña, Murcia, Madrid y Galicia, pero el fenómeno se encuentra repartido por todo el territorio nacional.
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