Las gallinas son animales miedosas en la presencia del hombre, como sucede con los empleados que trabajan en las granjas. Este hecho puedo provocarles estrés, reduciendo el bienestar e influyendo negativamente en la productividad.
La investigadora australiana Lauren Edwards llevó a cabo una investigación para analizar como la relación humano-animal influía en el bienestar y rendimiento de las aves. Para medir el estrés de las gallinas se ha ido registrando los niveles de corticosterona.
Las actitudes de las gallinas eran más negativas a medida que aumentaba el ruido, que el movimiento de los empleados se hacía cada vez más rápido y que era menor el tiempo que éstos permanecían quietos delante de las jaulas. Las gallinas tendían a evitar más al humano a medida que aumentaba el ruido, mientras que su comportamiento mejoraba cuando la persona pasaba más tiempo delante de la jaula.
Los resultados de la investigación han puesto de manifiesto que una cercana proximidad del contacto visual humano es efectiva para reducir la respuesta de comportamiento de las gallinas al contacto humano. Curiosamente, la duración del contacto humano no fue un factor significativo.
Para Edwards, los resultados de este estudio muestran como el comportamiento de los trabajadores en las granjas influye en el comportamiento de las aves. Se puede favorecer que las aves tengan menos miedo a los humanos, si éstos trabajan más cerca de las granjas.
El trabajo de investigación se titula “ Relación humanos-animales en las gallinas ponedoras”.
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