La eurodiputada del Grupo Popular Europeo Esther Herranz defendió el marte en el pleno del Parlamento Europeo el aumento de los controles para asegurar una correcta aplicación de la normativa actual que regula el transporte de animales vivos en la UE, ya que de esta forma se estará garantizando que viajen en las condiciones adecuadas sin necesidad de establecer otro tipo de restricciones, como límites en la duración de los desplazamientos. En su opinión, si se llevan a cabo este tipo de medidas, no se estará beneficiando a los animales, sino a unos intereses comerciales determinados.
La europarlamentaria riojana ha recordado que no existen datos científicos que justifiquen la necesidad de limitar la duración de los viajes, y ni tan siquiera la Agencia de Seguridad Europea ha avalado este tipo de acciones. Según recordó, el bienestar de los animales no depende tanto de los kilómetros recorridos o el tiempo invertido en el desplazamiento como del trato que se les dé y del buen acondicionamiento de los vehículos que se utilicen.
En este sentido, recordó que los transportistas ya están obligados a respetar parámetros básicos que se refieren al espacio para los animales en el vehículo, la ventilación, la temperatura o los intervalos para el suministro de agua y alimentos.
Por esa razón, mostró su oposición a “nuevas normas de bienestar animal cuando el reglamento que está en vigor ya prevé disposiciones que regulan los tiempos de los viajes en función de las distintas especies animales y de acuerdo a los conocimientos científicos disponibles”.
“La normativa actual es más que suficiente para asegurar el bienestar de los animales; el problema está en el grado de cumplimiento y por eso debemos centrarnos en mejorar los controles con el fin de obligar a respetar la obligación en lugar de aprovechar este debate para establecer restricciones a la libre circulación de mercancías que no tendrán igual efecto en todos los países y que benefician a unos intereses comerciales en detrimento de otros”, apuntó Herranz.
De hecho, mostró la incoherencia que supone que se pidan estas limitaciones solo para el transporte de animales destinados a su sacrificio, pero no para los dedicados al engorde, que sufrirían igualmente si se insiste en el perjuicio de los viajes de más de ocho horas
Además, recordó que en la actual situación de crisis económica, Europa no puede permitirse adoptar decisiones que pueden causar un perjuicio económico a determinados productores cuando ni tan siquiera están avaladas científicamente. “La Unión Europea no puede permitirse estas veleidades”, subrayó.
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