Un estudio recientemente publicado propone un nuevo método para determinar el análisis del ciclo de vida de los productos agrarios (ACV), es decir, la herramienta que evalúa el impacto que tiene sobre el medio ambiente la producción de un producto. Según los investigadores, hasta ahora para la determinación del ACV solo se tiene en cuenta las emisiones de gases de efecto invernadero de la cadena productiva, ignorando las emisiones de CO2 del uso de la tierra.
De acuerdo con el estudio, cuanta menos sea la producción en una tierra agrícola hay más probabilidad de que ésta sea abandonada y crezca vegetación, convirtiéndose en un sumidero de carbono (reservorio natural que absorbe CO2 de la atmósfera). Este sumidero de carbón no se produciría si todavía el producto es consumido, por lo que el producto sería considerado como “un potencial sumidero de carbono perdido”, que refleja las implicaciones de las emisiones de CO2 de la tierra ocupada.
Las mayores implicaciones de CO2 del uso de la tierra se han detectado, según el estudio, en la producción de vacuno y ovino, teniendo la producción de vacuno en Brasil un potencial sumidero de carbono perdido de más del doble que otras emisiones de gases de efecto invernadero. Concretamente, el estudio, que ha sido publicado en International Journal of Life Cycle Assessment, señala según su método de ACV, producir 1 kg de carne en Brasil genera las mismas emisiones que conducir un coche 1.600 km
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