El presidente de la Federación Nacional de Comunidades de Regantes (FENACORE), Andrés del Campo, afirmó hoy que la sequía debe combatirse no sólo con soluciones «sobre el papel» en referencia a los decretos especiales y planes de emergencia de las cuencas, sino también con un Plan Hidrológico Nacional (PHN) coherente que avance en la construcción de obras hidráulicas, capaces de asegurar el abastecimiento en periodos de falta de lluvias como el que nos encontramos. Los regantes vienen defendiendo la construcción sostenible de embalses y trasvases desde que en 2004 se derogara el trasvase del Ebro y se aprobara como alternativa el programa AGUA con las desaladoras como medida estrella, hoy por hoy infrautilizadas.
De hecho, España atraviesa el periodo más seco de los últimos setenta años; una sequía meteorológica ‘preocupante’ para el sector agrario, que se ha visto obligado a llevar adelante riegos de emergencia para asegurar la producción de los cultivos de invierno. En la actualidad, las plantaciones de secano, que representan el 85% de la superficie agraria útil, están seriamente dañadas y si se prolonga la sequía, pronto estarán ya perdidas.
Esta falta de lluvias también puede ser particularmente grave en el caso de los cultivos de regadío que necesitarán de riegos más abundantes para sobrellevar los calurosos meses de verano, circunstancia que agravará la situación económica del sector agrario que, teniendo que ‘luchar contra natura’, habrá de soportar mayores costes de agua y energía, lo que reducirá inevitablemente sus márgenes y competitividad.
Riesgo de sequía hidrológica
Además, en caso de que la ausencia de precipitaciones se prolongara en el tiempo, podríamos llegar a un estado de sequía hidrológica. Si bien los embalses se encuentran en torno al 60% de su capacidad, esta situación hará que los niveles de las reservas hídricas desciendan con rapidez, máxime cuando el superávit del año pasado fue sólo del 4% y la actividad agrícola requiere aproximadamente de las tres cuartas partes del agua embalsada.
No obstante, matizó que los agricultores se encuentran en mejores condiciones que en décadas anteriores para afrontar esta situación ya que la experiencia de sequías pasadas ha llevado a las Administraciones y a todo el sector a fomentar la suscripción de seguros agrarios para prever situaciones catastróficas ante inclemencias meteorológicas. También el esfuerzo realizado en la mejora tecnológica de los regadíos está permitiendo controlar mejor la escasez de agua y producir más con menos agua.
‘Sólo nos acordamos de Santa Bárbara cuando truena’
Para el presidente de Fenacore, «no puede ser que hagamos con la sequía como con Santa Bárbara, sólo acordarnos de ella cuando truena. Es verdad que la experiencia de sequías anteriores nos permitirá afrontar con más organización la falta de lluvias; pero, desde luego, si estuvieran construidas las obras hidráulicas necesarias, hoy no estaríamos hablando de esto, hoy no sería noticia».
En este sentido, respaldó la decisión de ministro de Agricultura Arias Cañete de alcanzar un Pacto Nacional del Agua entre todas las fuerzas políticas y sociales que fortalezca el papel del Estado en la gestión de las cuencas e impulse la aprobación de los planes de cuenca para dar luz verde urgentemente a un Plan Hidrológico Nacional que acumula a efectos prácticos un retraso de ocho años.
Medio centenar de presas
Las últimas estimaciones muestran que haría falta cerca de medio centenar de nuevas presas para afrontar las sequías que azotan de forma cíclica el país y que, debido al cambio climático, vienen seguidas de lluvias cada vez más torrenciales. De esta forma, las obras de regulación permitirían almacenar el agua e impedir las inundaciones, evitando desperdiciar recursos que luego se necesitarían en épocas de escasez.
Según Del Campo, «un claro ejemplo lo tenemos en la cuenca del Ebro: no se puede concebir que cada vez que llueva se inunde la zona media y cabecera del río, obligando a liberar el exceso de caudal anegando tierras agrícolas cercanas al cauce, y después, exista un déficit unos meses después en una gran parte de la cuenca, como ocurre actualmente en la margen izquierda».
Mientras estas infraestructuras llegan, la Federación de Regantes es partidaria de seguir avanzando en la puesta en marcha de medidas complementarias de gestión de la demanda como son la cesión de derechos al uso privativo del agua, la gestión conjunta de aguas superficiales y subterráneas y la reutilización de aguas regeneradas urbanas. También la desalación puede ser una alternativa pero sólo en ocasiones puntuales y siempre como una fuente complementaria a otra natural en circunstancias de emergencia ya que su coste energético es excesivo.
FENACORE es una asociación sin ánimo de lucro e independiente políticamente, creada en 1955, que agrupa a las entidades dedicadas a la administración del agua para riego, tanto superficial como subterránea, con el objetivo de aunar esfuerzos y voluntades en la defensa de sus legítimos intereses y derechos de uso del agua. En la actualidad, cuenta con numerosas entidades federadas de todas las provincias españolas, que suponen 700.000 regantes y más de dos millones de hectáreas, es decir, más del 50% del regadío nacional. FENACORE trabaja estrechamente el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente. Además, es órgano consultivo del Ministerio y vocal nato del Consejo Nacional del Agua. En el marco internacional, FENACORE es miembro fundador de la Comunidad Euromediterránea de Regantes (EIC).
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