La empresa BASF ha solicitado a las autoridades comunitarias, la autorización para una patata modificada genéticamente (MG) para consumo humano. Esta patata, que ha llamado Fortuna, tiene la característica de ser resistente a al tizón tardío (Phytophthora infestans), enfermedad que fue la responsable de la gran hambruna de Irlanda en el siglo XIX. Actualmente, cada año se pierden el 20% de la cosechas por esta enfermedad.
Fortuna está basada en una variedad europea a la que se le han transferido dos genes de una variedad de patata silvestre de Sudamérica, que le confiere resistencia a la enfermedad.
La solicitud de autorización se refiere tanto a su cultivo como su uso con destino a la alimentación humana y animal en la UE.
BASF inició su investigación en 2003. Fortuna ha sido probada en ensayos de campo durante seis años y se espera que pueda comercializarse en 2014/15.
Los genes que se han transferido a la patata Fortuna fueron descubiertos por científicos holandeses. A pesar de llevar más de cinco décadas intentándolo, no ha sido posible obtener por medio convencionales una patata con genes de resitencia y con alto rendimiento agronómico.
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