Hasta un 30% de pérdidas puede haber en las frutas y verduras frescas que son almacenadas, debido al deterioro microbiológico. Un investigador de la Universidad de Newcastle (Reino Unido), ha mostrado que ambientes enriquecidos con ozono pueden reducir el deterioro por hongos en frutas y verduras almacenadas, como fresas, tomates, ciruelas y uvas.
Un ambiente con un cierto nivel de ozono consigue retrasar la producción de esporas de los hongos y reducir las lesiones visibles en la fruta ya infectada. Según los resultados del estudio, en frutas almacenadas durante 8 días en un ambiente enriquecido con ozono se ha conseguido prevenir casi un 95% de las enfermedades fúngicas que se podrían desarrollar.
Los investigadores consideran que el ozono es una buena alternativa a los fungicidas que actualmente se utilizan para evitar el ataque de hongos, ya que es un producto seguro, no deja residuos y es efectivo contra un amplio espectro de microorganismos.
Según la fruta o verdura de la que se trate, se necesitan diferentes niveles de ozono y tiempo de exposición, ya que cada uno tiene distinta tolerancia al ozono, por lo que los investigadores precisan más estudio para optimizar estas variables.
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