La explotación afectada está situada dentro de la zona de vigilancia de 10km establecida como medida de protección frente al último foco declarado el día 25 de marzo. El censo de la explotación era de 70 búfalos, 40 caprinos y 22 ovinos. Ninguno de los animales presentaron síntomas propios de la enfermedad, a pesar de que las pruebas serológicas evidenciaron el haber estado en contacto con el virus de la fiebre aftosa.
Tras los resultados laboratoriales se procedió al vaciado sanitario de la explotación y al establecimiento del resto de medidas de protección detalladas en la normativa comunitaria (Directiva 2003/85/CE).
El origen de este nuevo foco no ha sido aclarado, aunque la investigación epidemiológica ha demostrado que los búfalos afectados estuvieron pastando en una zona situada a tan sólo 5 kilómetros de la frontera con Turquía.
Se sigue investigando los orígenes de esta segunda onda epidémica acontecida desde el mes de marzo. Las autoridades búlgaras apuntan a un nuevo contagio a través de jabalís infectados procedentes de Turquía. Esta teoría está apoyada por los resultados de la investigación molecular llevada a cabo en el Laboratorio de Referencia para fiebre aftosa de Pirbright (Reino Unido) que muestra que no parece haber relación directa entre los focos detectados en el mes de marzo y los del inicio de la epidemia.
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