Hay aminoácidos, como la lisina y la metionina, que son muy importantes en la dieta de las vacas lecheras, ya que influyen en la cantidad de leche producida y en la composición de ésta. No obstante, no solo hay que considerar la cantidad que se aporta, sino también la forma en la que aporta. Si no se usa una manera adecuada, aunque se adicione mucho aminoácido, éste puede degradarse en el intestino y no cumple su finalidad.
Según la Universidad de California (EEUU), las harinas de pescado y los subproductos de los cereales, incluido el maíz, tienen concentraciones de metionina superiores a las de la torta de soja o la harina de sangre pero inferiores de lisina. Por su parte, la torta de soja tiene un contenido de metionina similar al corn gluten feed.
En cuanto a la lisina, la harina de sangre es la que proporciona mayor cantidad disponible de este aminoácido por unidad de proteína cruda. La torta de soja y la de colza proporcionan cantidades intermedias y los subproductos del cereal, los que aportan la menor cantidad.
También hay disponibles formas comerciales de estos aminoácidos que están protegidos ruminalmente, es decir, que no son degradados por el rumen y pueden ser absorbidos por el organismo en el intestino delgado. El que se usen o no esta formas comerciales, es en opinión de los investigadores de la Universidad de California, una cuestión de cómo esté el precio de la leche. Hay que tener en cuenta que la utilización de la metionina protegida ruminalmente puede aumentar el contenido de grasa de la leche en 0,05-0,1 puntos porcentuales.
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