Un investigación llevada a cabo sobre un pájaro que vive en altas cotas, la perdiz de las nieves (Lagopus muta), ha mostrado que estas aves engordan rápidamente en invierno, para aislarse del frío. Pueden llegar a aumentar su peso en un 32%. Además, estas aves tienen la ventaja de contar con un esqueleto que no solo les ayuda a soportar el peso extra, sino que además les permite una mayor eficiencia energética en sus movimientos. Los investigadores que han llevado a cabo este estudio, pertenecientes a las Universidades de Manchester (Reino Unido) y Tromso (Noruega), creen que estos descubrimientos pueden ser de gran utilidad para la industria avícola.
Un reto del futuro es producir una gran cantidad de alimentos, por lo que habrá que producir broilers con más peso, pero con una conformación ósea que les permita soportar esta mayor cantidad de carne sin sufrir problemas de bienestar. Para los investigadores, un mejor conocimiento de la fisiología de estos animales podría conducir a una modelo animal que mejorara los rendimientos cárnicos y de bienestar animal de las aves domésticas.
Los resultados de este estudio se han publicado en Proceedings of the Royal Society – Biological Sciences.
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