El sector hortofrutícola andaluz en invernadero ocupa una posición de liderazgo incuestionable en Europa. Así lo demuestran sus cifras: 43.400 hectáreas de superficie que se dedican al cultivo de los principales productos hortofrutícolas (pimiento, tomate, calabacín, berenjena, pepino, melón, sandía y judías verdes), más de 2.500 millones de euros de facturación y 2,5 millones de toneladas de productos que abastecen a más del 60% del consumo nacional y a más del 30% de los mercados europeos, alcanzando cotas superiores al 80% durante los meses de invierno. A tenor de estos datos, no cabe duda de que la mano de obra es un factor clave para el progreso de este sector.
Concretamente, la industria de invernadero destinada al cultivo de productos hortofrutícolas emplea, actualmente, a 110.000 trabajadores localizados en las provincias de Almería y de Granada, que es donde se ubican las hectáreas en las que se producen los principales cultivos hortofrutícolas. De esos empleos, 76.350 están ocupados en las explotaciones agrícolas (cultivo, riego, recolección, etc.), 28.129 en las comercializadoras y 5.517 en la industria auxiliar (semilleros, fabricantes de plásticos, embalajes, maquinaria agrícola, control biológico, control ambiental, etc).
La población inmigrante, por su parte, con menos oportunidades y opciones laborales, continúa siendo vital para el desarrollo de este sector productivo, ya que aporta el 36% de la mano de obra.
Estos son algunos de los datos extraídos de “La I Radiografía del empleo en la horticultura andaluza de invernadero”, un estudio inédito y cuyo contenido ha sido presentado hoy por HORTYFRUTA, la Organización Interprofesional de Frutas y Hortalizas de Andalucía, que representa al 70% de la producción y comercialización de productos hortofrutícolas andaluces, en el marco de la feria Fruit Attraction.
Estabilidad en el empleo
La crisis económica ha convertido a la industria que se desarrolla en torno a los invernaderos en un generador de empleo estable, pese a la importancia que, desde siempre, han tenido los temporeros en las tareas agrícolas, fundamentalmente, en los periodos de recolección de cultivos.
De este modo, de los agricultores que trabajan en los invernaderos (76.350), un 68% corresponden a empleos fijos (51.924) y el 32% restante son eventuales, lo que arroja una cifra de 24.426 trabajadores.
Otro de los pilares básicos para la generación de puestos de trabajo es la comercialización de los productos, cuya actividad da empleo a 28.129 profesionales, realizándose la distribución de los mismos a través de alhóndigas (un 25% de los casos), cooperativa y SAT (50%) y mayorista en origen o almacenista (25%).
Paralelamente al crecimiento de la agricultura intensiva se ha desarrollado una industria auxiliar que se caracteriza por una alta tecnificación y especialización. Esta industria contribuye con la creación de 5.517 empleos que están estrechamente ligados a la producción hortofrutícola bajo abrigo. Esta radiografía no contempla los empleos generados por el sector de los transportes (logística), debido a la dificultad para distinguir los que transportan frutas y hortalizas de los que transportan otros productos.
Por distribución geográfica, el municipio donde los servicios auxiliares de la agricultura tienen un mayor dinamismo es El Ejido, donde se concentra el 35% de esta industria; le sigue Vícar (11,5%) y La Mojonera (7%). En la provincia de Granada, el municipio que concentra más negocio vinculado con este subsector es Motril, que aglutina el 5,5% de esta industria afín.
Salario medio
En los cultivos de invernadero la mano de obra es un factor clave para el desarrollo y mantenimiento del sector y representa entre el 40 y el 60% de los gastos corrientes. El salario que recibe un peón agrícola es de 5,55 euros/hora, lo que arroja un total de 44,40 € por una jornada de trabajo de 8 horas; mientras que el salario de manipulado y envasado es de 6,15 €/hora siendo el salario de una jornada de trabajo de 49,20 €.
Por el contrario, es imposible cuantificar el sueldo obtenido por los trabajadores de las industrias afines a los invernaderos, ya que se trata de empleo privado que cuenta con convenios colectivos propios.
La inmigración, propulsor del sector hortofrutícola
El crecimiento de la inmigración en Andalucía es proporcional al aumento del sector agrario en esta Comunidad, fenómenos íntimamente relacionados y que no pueden explicarse el uno sin el otro. También la inmigración ha ido adquiriendo cada vez mayor importancia al abrigo de los invernaderos. De este modo, el 36% de los trabajadores empleados en este sector es de procedencia extranjera, lo que arroja un número de 27.537 personas. El 70,2% son hombres y el 30,8% restante mujeres. En cuanto a la media de edad de los trabajadores se sitúa en 31 años.
Los países que aportan un mayor número de mano de obra son: Marruecos (38%); Rumania (22%); Ecuador (8%); Lituania, Bulgaria, Colombia y Argentina representan, cada uno, el 3% del total de extranjeros afiliados, y Ucrania, Senegal, Ghana y Perú están representados por un 2% respectivamente.
Los puestos mayoritariamente ocupados por los hombres, y donde más personal se emplea, son los de peón agrícola en el Régimen Especial Agrario. Los perfiles que son ocupados principalmente por mujeres son los de envasadoras y manipuladoras de frutas y hortalizas en almacenes de comercialización.
El incremento de la tasa de desempleo en las provincias de Almería (29,43%) y Granada (29,21%) explica que el número de los nuevos contratos en origen haya quedado reducido prácticamente a cero. La ley establece que se conceda prioridad a los desempleados que estén inscritos en el Servicio Andaluz de Empleo, lo que sugiere una apuesta por la recolocación interna.
Sin embargo, muchos de esos demandantes carecen de cualificación suficiente para desempeñar tareas agrícolas, dado que mayormente proceden de la construcción y el sector servicios. De este modo, las organizaciones agrarias han alcanzado un acuerdo con el Ministerio de Trabajo e Inmigración para que, al menos, puedan renovarse los contratos a aquellos trabajadores que han participado en las dos últimas campañas agrícolas. Viendo la progresión de los contratos realizados en origen de la provincia de Almería, se puede extrapolar que ésta ha sufrido un brusco descenso de un 71,5%.
El papel de la mujer en la agricultura intensiva
En los últimos tiempos se ha visto una evolución en el papel de la mujer en este sector tomando un rol mucho más activo y relevante. Si hace algunos años, su representación se ceñía a ayudar a sus maridos en las labores agrícolas, ahora han pasado a administrar una de cada tres explotaciones agrarias.
Por otra parte, el perfil más usual de las mujeres que se ocupan en tareas agrarias ligadas al sector de invernaderos es de unos 45 años de media, casada y con los estudios básicos realizados.
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