La FAO, la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) y el Gobierno de Ecuador suscribieron ayer en la ciudad ecuatoriana de Portoviejo un convenio de cooperación de gestión integral para el manejo sostenible de la microcuenca del río Membrillo en la provincia de Manabí. Este acuerdo se enmarca en un proyecto interregional para reducir la pobreza y combatir la desertificación a través de la ordenación en colaboración de las cuencas hidrográficas.
Los tres países participantes en el proyecto interregional – Ecuador, Mauritania y Marruecos – son de los que más sufren los efectos de la desertificación y la degradación ambiental, así como sus repercusiones socioeconómicas inevitables en cuanto a pobreza, destrucción de los recursos básicos y emigración. Por este motivo, el objetivo general del proyecto es combatir la pobreza, mejorar la seguridad alimentaria y promover la buena gobernabilidad, apoyando actores claves en la lucha contra la desertificación y degradación de tierras, mediante el desarrollo de programas integrados de gestión de cuenca hidrográfica en tierras áridas y semiáridas.
Las zonas áridas y semiáridas constituyen más de una tercera parte de la cubierta vegetal de la Tierra y están pobladas por alrededor de un millón de personas, en su mayoría pertenecientes a los grupos más pobres de la población mundial. Las tierras áridas y semiáridas son los ecosistemas más frágiles, que reciben presiones humanas cada vez mayores y sufren fenómenos relacionados con el cambio climático. La desertificación no sólo representa una amenaza ambiental, sino que también es una causa importante de la inseguridad alimentaria, la pobreza y de tensiones sociales.
En Ecuador el proyecto trabajará junto con la Secretaría Nacional del Agua y el Consejo Provincial de Manabí en la microcuenca del río Membrillo, en la provincia de Manabí, situada en la región costera del norte. La zona, de una superficie de 18.000 hectáreas, está habitada por 14 comunidades y un total de 1.200 familias de agricultores pobres. Anteriormente la zona estaba formada por exuberantes bosques costeros, pero sin embargo, ha sufrido la deforestación, el exceso de pastoreo y prácticas agrícolas y pecuarias inadecuadas. Según la FAO, anualmente se pierden en Ecuador alrededor de 180.000 hectáreas de bosques, con una tasa de deforestación del 1,6%, la segunda más alta de Sudamérica.
El desempleo y la pobreza están muy generalizados en esta provincia, donde el 87% de la población vive por debajo del umbral de pobreza y el 37% en condiciones de pobreza extrema. La población desempleada es el 78%, de la cual el 40% corresponde a la agricultura y el 5% a la pesca. Asimismo existe una alta emigración hacia otras provincias y, en fecha más reciente, también hacia España.
El proyecto interregional, de una duración de dos años, cuenta con una financiación de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo de 2,5 millones dólares (691.027 dólares en Ecuador) en su primera fase.
Los beneficiarios directos en el ámbito local serán principalmente los pequeños productores agrícolas pobres y a veces sin tierras, productores pecuarios y pequeños empresarios, tanto hombres como mujeres. Por otro lado, también se dará apoyo específicamente a las asociaciones y cooperativas que ya existen o que se han formado recientemente.
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