La reducción de los precios internacionales de las commodities ha comenzado a traducirse en una disminución paulatina de la inflación general de la Región, señaló hoy el Observatorio del Hambre de la FAO para América Latina y el Caribe coincidiendo con el primer aniversario de su boletín de seguridad alimentaria y nutricional.
La menor inflación se relaciona con la caída del 36 % en promedio en los precios internacionales de los principales grupos de alimentos, que incluye los productos lácteos, aceites y grasas, cereales y carnes, entre junio de 2008 y de 2009.
“A junio del presente año, destaca sobre todo la reducción de la brecha anual entre la inflación alimentaria y la inflación general, las cuales se ubicaron en 6,3% y 5,8%, respectivamente”, destaca el boletín del Observatorio del Hambre.
Se prevé que debido a las crisis alimentaria y económica la población de América Latina y el Caribe que padece hambre alcance los 53 millones de personas, lo que significaría el regreso a los niveles de subnutrición existentes a principios de la década de los 90.
“El deterioro de la seguridad alimentaria se vincula con la disminución del poder de compra de las familias, tras los drásticos aumentos en los precios de los alimentos experimentados durante el año pasado y la creciente cesantía producto de la crisis financiera actual,” observó el Representante Regional de la FAO para América Latina y el Caribe, José Graziano da Silva.
Edición de aniversario: evolución de la crisis alimentaria y financiera
La edición de julio del boletín marca el primer aniversario del Observatorio, que desde 2008 analiza la situación de la seguridad alimentaria y nutricional en la Región, y cuya última instalación hace una revisión de la crisis alimentaria y financiera y sus impactos sobre la Región.
El análisis destaca que la combinación de la crisis alimentaria con la crisis financiero-económica está aumentando la vulnerabilidad alimentaria en la población y el acceso a los alimentos de los hogares pobres, especialmente en territorios rurales. Si la crisis alimentaria se relacionó originalmente con precios altos, la crisis financiera está asociada a menores ingresos y a un aumento del desempleo que, según la experiencia derivada de crisis financieras anteriores, tardan muchos años en recuperarse.
En análisis completo de ambas crisis y de las medidas implementadas, del contexto regional e internacional y de las políticas y otras acciones internacionales llevadas a cabo para encarar la crisis están disponibles en la versión completa del boletín, en: www.rlc.fao.org/iniciativa/obdh.htm
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