Según un estudio de la Universidad de Harvard publicado en Pediatrics, un aumento de peso excesivamente rápido en los bebes durante los seis primeros meses de vida predispone a problemas de obesidad al menos hasta los tres años, lo que refuerza la evidencia de que las excesivas ganancias de peso infantiles incrementan el riesgo de padecer la obesidad más adelante y la conveniencia de que la obesidad sea prevenida durante la infancia.

El estudio se ha realizado dentro del denominado Proyecto Viva, hacienda un seguimiento a 2.000 mujeres embarazadas y a su descendencia durante tres años, recogiendo, entre otros datos, los pesos y alturas de los niños de forma frecuente.

La correlación detectada entre una rápida ganancia de peso y una obesidad posterior fue muy significativa, incluso ajustando factores, como bebes prematuros o con falta de peso al nacer.