Las modificaciones en la dieta de los cerdos consiguen que se reduzca la cantidad de nitrógeno y fósforo que se excreta al medio ambiente a través de las deyecciones de los animales. Por este motivo, científicos del Servicio de Extensión Cooperativa del Departamento de Agricultura de EEUU (CSREES) junto con investigadores de las Universidades de Purdue, Michigan y Missouri han estudiado distintas formas de modificar la dieta porcina.
Los investigadores utilizaron aminoácidos cristalinos para reducir la proteína cruda en las dietas basadas en torta de soja-maíz. La modificación de la dieta reducía la excreción de nitrógeno en un 30% sin influenciar negativamente el crecimiento, el valor de la canal o los costes de producción. Además, los olores emitidos por las granjas se redujeron en un 52%, las emisiones de amoniaco en un 61% y las de sulfhídrico en un 51%.
También analizaron el efecto de la adición de la enzima fitasa, capaz de romper los fitatos, liberando fósforo inorgánico. En una dieta porcina a base de torta de soja y de maíz, dos tercios del fósforo en la dieta son en forma de fitato, que es innecesario para el crecimiento de los cerdos. Con la adición de la fitasa o la utilización de maíz con bajo contenido en fitato se conseguía una reducción de la excreción de fósforo por encima del 50%.
Otra de las alternativas analizadas fue la eliminación del germen y de la cáscara del maíz durante su procesado, con lo que se conseguía reducir el contenido de fósforo fítico y de fibra en un 90%. En consecuencia, se disminuía la excreción de fósforo en un 40%. Sin embargo, el procesado del maíz en esta forma conducía a un aumento de las úlceras en los cerdos, por lo que esta tecnología requiere un mayor análisis y futuras modificaciones con el fin de asegurar la salud del animal.
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