La Agencia de Protección del Medioambiente de EEUU (EPA) ha aprobado unas nuevas normas para que las grandes explotaciones de cebo realicen una gestión más segura de los estiércoles, protegiendo mejor la calidad de las aguas. Estas nuevas normas vienen a modificar unas del año 2003, que habían sido denunciadas por varias organizaciones de ganaderos y a las que los Tribunales dieron la razón. La EPA estima que con esta nueva regulación se evitarán que 25 millones de kilos de fósforo, 50 millones de kilos de nitrógeno y 900 millones de kilos de sedimentos lleguen a ríos, lagos y otras aguas anualmente.
La principal novedad de la nueva regulación es que es la primera vez que la EPA solicita que las grandes explotaciones de cebo intensivo (conocidas en EEUU como CAFO por sus siglas en inglés de “concentrated animal feeding operations”) tengan que presentar un plan de gestión de nutrientes junto con su solicitud de permiso. Con anterioridad, las CAFO podían usar estos planes de gestión de nutrientes pero era necesario incorporarlos en la solicitud de permiso.
La nueva regulación también establece que los propietarios de CAFO que realmente estén vertiendo efluentes en ríos y lagos deben solicitar un permiso. Además, la norma permite que los ganaderos que no viertan efluentes a las aguas puedan optar a un certificado de cero vertido.
La norma establece que el último día para que las explotaciones recién instaladas soliciten los permisos es el próximo 27 de febrero de 2009.
Se consideran CAFO las explotaciones que tienen una capacidad para 1.000 cabezas de vacuno, 700 vacas lecheras, 2.500 cerdos de más de 20 kg, 55.000 pavos o 125.000 broilers.
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