Una investigación llevada a cabo por el Centro de Clay Center de Nebraska, dependiente del Departamento de Agricultura de EEUU, ha puesto de manifiesto que la alimentación de terneros a base de DDG puede aumentar la incidencia de E. coli. En el estudio se tomaron 600 terneros, divididos en dos grupos. A un grupo se le facilitó una alimentación a base de maíz y al otro, una dieta con un 40% de DDG.
Los resultados mostraron que mientras que el 15% de las muestras de los animales que se alimentaron con DDG tenían E. coli, solo había un 1,5% de muestras positivas en los alimentados con maíz. Los científicos consideran que esta diferencia es debida a la dieta aunque no pueden precisar si la dieta es la única responsable.
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