En los últimos quince años Álava ha pasado de contar con 10.000 hectáreas de patata las actuales 1.600 hectáreas. La causa fundamental de este descenso es la inestabilidad del sector, ya que mientras el cultivo es uno de los más caros desde el punto de vista de costes, conseguir una mínima rentabilidad es cada año una lotería. Una de las herramientas con las que el sector cuenta para garantizar al menos cubrir esos costes de producción es el Fondo de Compensación de la Patata, una EPSV que lleva funcionando desde la campaña 97-98. Sin embargo este año el sector ha chocado con la administración, ya que a la hora de actualizar esos costes de producción Gobierno Vasco y Diputación no han querido reconocer la situación, dejando en entredicho el futuro de esa herramienta.
Mientras tanto, se celebra a bombo y platillo el Año Internacional de la Patata, con un Congreso Iberoamericano centrado en la investigación y una serie de actividades socioculturales dirigidas fundamentalmente al medio urbano. Para ello las instituciones y otras empresas del sector se han gastado la friolera de 100.000 euros, cantidad que para UAGA es manifiestamente exagerada. UAGA ha declinado participar en las actividades de este año internacional debido a la situación del sector, ya que no le parece coherente que se gaste esta cantidad de dinero de cara a la galería cuando la realidad es que la producción de patata en Álava es cada vez más residual.
A todo esto se le une la situación catastrófica que el sector está viviendo esta campaña. Ya antes de las siembras los agricultores tuvieron pérdidas, puesto que debido a las continuas lluvias de la primavera hubo incluso que tirar semilla. Debido a esa situación climatológica las producciones que se están dando ahora están siendo bajísimas y de no muy buena calidad. Todo esto, unido al coste de las semillas, los productos fitosanitarios y el gasóleo nos aseguran pérdidas en la campaña, incluso si se lograran unos precios aceptables para el producto final.
Todo el mundo sabe la importancia que las patatas han tenido el en Territorio, tanto desde el punto de vista social como económico. Por eso, al sector le resulta hiriente que se gasten 100.000 euros en una campaña de marketing mientras la producción se muere. El sector necesita de otra serie de medidas, de carácter urgente, que ayuden primero a mantener la superficie actual de patatas y posteriormente apuesten por recuperar el cultivo más emblemático de Álava.
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