Una intervención de 12 meses para promover la dieta mediterránea puede modificar favorablemente el patrón alimentario de una persona sin enfermedad cardiovascular pero con factores de riesgo (hipertensión diabetes, obesidad, sedentarismo…). Se trata de la principal conclusión de un estudio de la Universidad de Navarra, publicado en la prestigiosa revista Journal of the American Dietetic Association, que demuestra la efectividad para este fin de la interacción con el individuo para motivar y consensuar objetivos; las sesiones de grupo; y la provisión gratuita de alimentos clave.
“Investigaciones previas sugieren que el contacto frecuente durante una intervención es importante para lograr un cambio en el comportamiento sobre la dieta. Asimismo, una orientación intensiva en grupo resulta más eficaz para modificar los hábitos que un folleto informativo sin otro tipo de refuerzo”, explica la investigadora principal, Itziar Zazpe, dietista-nutricionista del departamento de Medicina y Salud Pública del campus pamplonés.
El estudio se realizó en 1.551 hombres y mujeres de entre 55 y 80 años, a los que se dividió en tres grupos: dos con productos de la dieta mediterránea y otro de control. Los miembros de los dos primeros participaron en sesiones de educación nutricional individual y sesiones trimestrales en grupo, que consistían en charlas y entrega de material informativo. Además recibieron un litro de aceite de oliva virgen a la semana y 30 gramos de frutos secos al día (nueces, almendras y avellanas), respectivamente; y los del tercero, un folleto que recogía consejos de la Asociación Americana del Corazón.
Más consumo de fibra y ácidos grasos saludables
Según Itziar Zazpe, en la evaluación final se comprobó que “quienes tomaron ambos productos de la dieta mediterránea incrementaron la ingesta de aceite de oliva virgen, frutos secos, verduras, legumbres y frutas, y por tanto, de fibra y ácidos grasos saludables. Por otra parte, los miembros de los tres grupos disminuyeron el consumo de carne, bollería y dulces”.
La investigación, en la que participan 18 centros de todo el país, servirá de modelo para la formación continuada de los dietistas en EE. UU. Se enmarca en el ensayo PREDIMED (Prevención con Dieta Mediterránea), financiado por el Instituto de Salud Carlos III, que pretende evaluar el efecto de la adherencia a una dieta mediterránea en la aparición de episodios cardiovasculares en más de 9.000 sujetos. Los primeros participantes se reclutaron en la Universidad de Navarra en 2003, y tendrá una duración de cuatro años más.
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