Lunes 9 de junio de 2008. En el día de ayer se producía en enésimo ataque de buitres contra una explotación de ganado ovino en la localidad de Monflorite. Es la gota que ha colmado la paciencia de los ganaderos, que van a proceder a denunciar a la Administración autonómica pues tras varios años con el tema encima de la mesa, no ha habido soluciones y los ganaderos no aguantan más.

La Federación de ADS ha puesto ya el caso en manos de sus servicios jurídicos para que procedan a denunciar al Gobierno de Aragón “por dejación de funciones” señala Ángel Samper, presidente de la federación, “pues llevamos casi tres años mareando la perdiz, y la paciencia tiene un límite, y ya no aguantamos más esta situación de estrés por los ataques de estas aves. Desde el Fondo de Amigos del Buitre se apoyan las medidas que adoptemos porque entienden que esto no puede seguir así ”.

El ataque de buitres de ayer se produjo en la localidad de Monflorite, con la entrada de unos 200 buitres en una nave abierta, lo que permitió a las ovejas un escape. Si se hubiera producido en una nave cerrada, el pánico habría hecho mella en el rebaño y las ovejas habrían muerto aplastadas o asfixiadas. “No hacemos más que cumplir reglamentos, que si sanitarios, que si de bienestar animal…pues las ovejas no pueden vivir bajo la amenaza de un ataque de buitres, que no son los culpables de pasar hambre. La responsabilidad es de la administración autonómica, que tiene que solucionar el problema de estas aves protegidas que se mueren de hambre, que tienen que alimentar a sus crías, y que no encuentran la comida y la buscan y nosotros pagamos los platos rotos”, señala Samper.

Desde la Federación se van a establecer contactos con otras comunidades del Norte de España, también afectadas por esta problemática, y se va a intentar ponerla en conocimiento de las autoridades europeas para que se tomen cartas en el asunto “y de verdad se puedan arbitrar ya las medidas efectivas para que dejemos de angustiarnos ante la posibilidad de sufrir un ataque de buitres, porque ya hemos dicho basta.