Científicos de la Universidad del Estado de Kansas (EEUU) han puesto de manifiesto que los animales vacunos que son alimentados con subproductos de la producción de etanol (DDG por sus siglas en inglés) tienen en su intestino una mayor prevalencia de la bacteria E. coli O157:H7. Esta bacteria, si bien puede estar presente en el ganado sano, puede presentar riesgos sanitarios en los humanos, a los que puede llegar a través de carne poco cocinada y productos lácteos crudos que pueden haberse contaminado a través de las heces del ganado.
En la investigación se han analizado canales de animales alimentados con los subproductos del destilado de los granos llegando a comprobar que la prevalencia de 0157:H7 llegaba a ser el doble en estas canales en relación con las canales de ganado alimentado con dietas que no contenían DDG.
Los investigadores son conscientes de que la aportación de estos subproductos en la alimentación del ganado vacuno es una alternativa barata, especialmente en la actualidad que se han disparados los costes de los piensos. Por este motivo, en la investigación que llevarán a cabo durante los próximo dos años, no solo indagarán en la razones de esta mayor prevalencia, sino también en formas para prevenir que ocurra.
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